Si no tratamos de que nuestro alumnado se emocione en el aula, no lograremos que aprenda. La Escuela del S XXI está basada en las emociones y la creatividad. Si no fomentamos en nuestras aulas estas dos variables el aprendizaje no se producirá, lo que ocurrirá es que tendremos autómatas. Escuchar a Ken Robinson me reafirma en esta idea. ¿Ustedes qué creen?
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