lunes, 8 de diciembre de 2025

La apuesta por la desilusión

Por Esteban G. Santana Cabrera   

La proliferación de casas de apuestas en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, y especialmente en barrios como Tamaraceite, ha generado una creciente preocupación entre los vecinos. En un área tan reducida, donde se agrupan cinco casas de apuestas en tan solo 1 km cuadrado, la presencia de estos establecimientos se ha convertido en un fenómeno alarmante, sobre todo porque se encuentra en un entorno cercano a varios centros educativos, tres colegios de primaria y dos institutos de secundaria. Esta situación no solo plantea un riesgo para los jóvenes, sino que refleja una falta de valores y de una planificación urbana que proteja a los más jóvenes.

El acceso fácil y rápido a estas casas de apuestas, lo llamativo de sus locales y la influencia de las redes sociales, tiene repercusiones negativas en la juventud. La normalización del juego como una vía para obtener dinero o éxito rápido crea expectativas poco reales en los jóvenes, que en su mayoría aún están en proceso de formación tanto en términos emocionales como sociales. Continuamente están siendo asediados por las redes sociales por el mínimo esfuerzo y la inmediatez de la información y de conseguir logros para alcanzar la estabilidad. Por ello, los jóvenes se ven tentados a participar en actividades de apuestas sin tener conciencia plena de sus consecuencias. En este contexto, la desmotivación y la falta de modelos positivos a seguir contribuyen a que muchos se sientan atraídos por estas opciones como válvula de escape.

Una de las consecuencias más visibles de la proliferación de estas casas de apuestas en barrios con una alta concentración de jóvenes es el aumento de casos de acoso y violencia. En muchos casos, los chicos y chicas que se ven atrapados en la dinámica del juego empiezan a enfrentar problemas económicos, que pueden desencadenar conductas de desesperación, irritabilidad y, en algunos casos, actitudes agresivas. Los adolescentes que desarrollan problemas con las apuestas pueden sentirse presionados por sus compañeros, lo que alimenta aún más un círculo vicioso de comportamientos hostiles. Este ambiente también puede aumentar el acoso escolar, especialmente en aquellos que se ven incapaces de cumplir con las expectativas sociales, ya que el fracaso en las apuestas puede generar vergüenza y rechazo.

El fenómeno también está relacionado con una creciente sensación de desilusión y falta de esperanza en el futuro, especialmente entre los jóvenes de barrios marginales o en zonas con pocas alternativas de desarrollo económico. En lugar de buscar caminos formativos o laborales que les permitan progresar, muchos optan por el atajo de las apuestas, que a menudo solo les lleva a una espiral de deudas y frustración. Esto también refleja una ausencia de valores en la sociedad, donde las grandes empresas de apuestas, a menudo con fines puramente lucrativos, se instalan en áreas vulnerables sin ofrecer ninguna clase de apoyo o educación en torno a los riesgos asociados con el juego.

Es fundamental que las instituciones públicas y privadas actúen de manera conjunta para regular la proliferación de casas de apuestas en zonas residenciales y cercanas a centros educativos. Es necesario reforzar la educación sobre el juego responsable desde edades tempranas y crear alternativas atractivas para los jóvenes, como programas de deporte, arte y emprendimiento, que les permitan encontrar caminos alternativos para canalizar sus energías y aspiraciones. Asimismo, los dirigentes políticos deben poner especial atención en los barrios más vulnerables, impulsando la creación de espacios seguros y saludables para la juventud.

Como conclusión, la proliferación de casas de apuestas en barrios como Tamaraceite es una manifestación clara de la falta de valores y la ausencia de políticas efectivas para proteger a los jóvenes. Esta situación requiere de una reflexión colectiva y un compromiso por parte de la sociedad para crear un entorno más seguro y saludable para nuestros más pequeños, donde los valores como el esfuerzo, el trabajo en equipo y la educación sean los pilares fundamentales sobre los que se construya el futuro.

InfoNorte

TeldeActualidad

La Provincia



domingo, 7 de diciembre de 2025

Diana Rivas, atleta internacional, en el cole

 


Esta semana tuvimos en el cole a la atleta colombiana Diana Rivas. Un placer poder compartir con ella sus inquietudes y proyectos. Escucha la entrevista 📻🎤 https://www3.gobiernodecanarias.org/medusa/edublog/ceiplosgiles/2025/12/04/esta-semana-tuvimos-la-visita-de-la-atleta-internacional-diana-rivas/

sábado, 6 de diciembre de 2025

Fantasía en la biblioteca


 Durante el recreo, nuestra #biblioteca se llenó de fantasía gracias a dos de nuestras bibliotecarias, quienes sorprendieron a los más pequeños con una preciosa representación teatral del clásico cuento “Caperucita Roja”, versionado por ellas mismas. https://www3.gobiernodecanarias.org/medusa/edublog/ceiplosgiles/2025/12/02/un-recreo-lleno-de-magia-en-la-biblioteca-caperucita-roja/

martes, 2 de diciembre de 2025

Nuestro primer booktube

 

Durante este trimestre, el alumnado de 6.º de Primaria ha vivido un emocionante viaje lector que ha culminado en la creación de un #Booktube, un producto final que combina lectura, creatividad, reflexión y habilidades digitales: https://www3.gobiernodecanarias.org/medusa/edublog/ceiplosgiles/2025/12/01/el-alumnado-de-6-o-presenta-su-booktube-asi-hemos-vivido-la-lectura-este-trimestre/

lunes, 1 de diciembre de 2025

La diversidad nos enriquece

Por Esteban G. Santana Cabrera  

La primera semana de diciembre celebramos el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, una fecha que nos invita a mirar de frente la realidad de nuestra sociedad y a preguntarnos qué tipo de sociedad queremos construir.  A lo largo del tiempo, las personas con discapacidad han tenido que cargar con términos injustos y dañinos: “deficientes”, “minusválidos”, “disminuidos”… Palabras que no solo etiquetan, sino que reducen, limitan y, en cierto modo, niegan. Detrás de cada una de ellas se esconde una concepción antigua y errónea de lo que significa la diversidad. Hoy sabemos, y debemos recordarlo una y otra vez, que ninguna persona puede definirse por una sola característica, y mucho menos por aquello que otros perciben como una limitación. Cada ser humano es un conjunto de talentos, sensibilidades, deseos, capacidades y sueños que lo hacen único e irrepetible.

Un ejemplo poderoso de esto es Héctor Santana, un joven grancanario con Síndrome de Down que ha decidido compartir parte de su vida a través de su libro “Mi vida no es un cuento”, editado por la Asociación Síndrome de Down de Las Palmas y Bilenio. El título, tan directo como profundo, rompe de inmediato cualquier estereotipo. Su historia no es un relato dulce, es una vida auténtica, con retos, ilusiones, aprendizajes y metas alcanzadas. Héctor nos recuerda que las personas con discapacidad no necesitan ser “especiales” para ser valiosas. Lo son porque cualquier vida humana lo es. Su voz, como la de tantos otros, merece no solo ser escuchada, sino ser parte activa de la sociedad.

En el ámbito educativo, esta realidad se hace aún más evidente. Los centros escolares que apuestan por la inclusión no solo cumplen con un marco legal o un deber institucional, se enriquecen sobremanera . La convivencia con compañeros y compañeras con discapacidad fomenta valores esenciales como la empatía, la paciencia, la cooperación y el respeto por la diversidad. Enseña a mirar más allá de lo superficial, a comprender que cada persona tiene ritmos diferentes, modos distintos de comunicarse y maneras únicas de relacionarse con el mundo. Cuando la escuela se convierte en un espacio inclusivo, se convierte también en un espacio más humano.

Es cierto que la inclusión requiere compromiso, recursos, formación y, sobre todo, voluntad. Pero el resultado merece la pena: centros más solidarios, aulas donde el alumnado aprende no solo matemáticas o lenguaje, sino también convivencia, justicia y ciudadanía. Los propios docentes confirman que la presencia de alumnado con discapacidad enriquece el ambiente, motiva nuevas metodologías, impulsa el trabajo cooperativo y fortalece el sentido de pertenencia.

Por todo ello, en este Día Internacional de las Personas con Discapacidad, debemos renovar nuestro compromiso con la inclusión y desterrar definitivamente los términos y actitudes que hieren, reconocer y celebrar la diversidad como un valor, escuchar, apoyar y acompañar a todas las personas para que puedan desarrollarse plenamente y garantizar entornos escolares y en la sociedad verdaderamente inclusivos donde cada niño o niña pueda brillar con luz propia.

Construir una sociedad más justa no es una utopía, es una responsabilidad. Y empieza por reconocer que todas las vidas, todas, tienen un valor muy grande  y una historia que merece ser contada y respetada.

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