Miles de alumnos de
toda España han pasado estos días por la EBAU, o lo que es lo mismo Evaluación
de Bachillerato para Acceso a la Universidad. Para acceder a la Universidad, es
necesario obtener al menos una nota media de cuatro puntos en la fase general y
de al menos un cinco en la nota de acceso (60% de la nota media de bachiller +
40% de la nota media de la fase general). A mejor nota, más posibilidades de
escoger la mejor carrera, o la más demandada.
Un día charlando con un
amigo jefe de servicio de un hospital me decía que temía que vinieran los
mejores expedientes a realizar el MIR a
su servicio, ya que según él, a nota más alta más "cabeza
cuadrada", y peor trabajo en equipo. Por eso él prefería peores
expedientes y otras cualidades. Lo que está claro que algo no cuadra entre lo
que se está haciendo y en los profesionales
que pide la sociedad. ¿Cuántos alumnos y alumnas con "peores"
expedientes y con vocación, podrían ser mejores médicos que aquellos que no han
podido llegar.
Notas, notas y más notas
En la mayoría de las escuelas y universidades el sinónimo de evaluación es la nota del examen. El que tenga un mal día o no pueda asistir ese día a clase por el motivo que fuera se puede quedar con un suspenso en la asignatura. En muy pocos casos se evalúan otras capacidades como la actitud, el hablar en público, haber desarrollado tareas de voluntariado, haber realizado prácticas profesionales, etc... Muchos son los que llevan diciendo hace tiempo que hay una desconexión total entre lo que se está haciendo en los institutos y lo que se hace en la universidad. Por ello, y con gran acierto, el Gobierno de Canarias y las dos universidades públicas del Archipiélago han constituido una comisión para la coordinación de la transición entre el Bachillerato y la Formación Profesional a la Universidad. Esta comisión tratará de coordinar el trabajo de las distintas instituciones educativas implicadas en el proceso de transición a la universidad, analizar los elementos curriculares que se están enfatizando en los distintos niveles educativos, fomentar actividades de orientación vocacional y ocupacional para ayudar al alumnado a definir sus carreras académicas y profesionales y propiciar una elección de estudios superiores más conectada a las características, habilidades personales, intereses y gustos de los estudiantes. El equipo de trabajo estudiará, además, la posibilidad de crear un plan de transición, en el que se incluirían medidas dirigidas a alcanzar distintos objetivos de mejora del rendimiento: aumentar el éxito de los estudiantes universitarios, minimizar la tasa de deserción y aumentar las tasas de retención, esto es, que cada vez sean más los alumnos y alumnas de primer año que continúen sus estudios.
El sistema de acceso a
la universidad y la manera de evaluar tiene que cambiar.
Estamos evaluando como hace dos siglos. Lo memorístico prima sobre la investigación, el trabajo individual sobre el colaborativo. Una de las técnicas de evaluación más utilizada, aparte del examen claro está, es la observación. Pero en muchos casos esta observación se convierte en lo mismo que "a ojo de buen cubero".
Estamos evaluando como hace dos siglos. Lo memorístico prima sobre la investigación, el trabajo individual sobre el colaborativo. Una de las técnicas de evaluación más utilizada, aparte del examen claro está, es la observación. Pero en muchos casos esta observación se convierte en lo mismo que "a ojo de buen cubero".
Por ello es importante
utilizar técnicas que nos permitan, a través de la observación y el
uso de instrumentos, que el docente evalúe al alumnado, un examen o un producto de
una manera objetiva. No quedarnos con el resultado final sino evaluar el
proceso de consecución. La observación hace posible evaluar de
manera más completa, valorando conocimientos, habilidades, actitudes y
valores. Con la observación se obtiene información sobre la conducta o
comportamiento que los alumnos manifiestan en clase durante el proceso de
enseñanza aprendizaje. No obstante, esta observación no se puede dejar a
la improvisación, debe estar planificada, conocer qué tipo de información
queremos seleccionar y valorar, pensar en qué momento y cuándo vamos a
realizarla, pero sobre todo cómo, con qué herramienta lo vamos a hacer.
Y es en las
herramientas en lo que me voy a centrar, o al menos en algunas de ellas, para
que podamos desterrar de nuestra práctica diaria la improvisación:
El Registro anecdótico
es una de esas herramientas que consiste en registrar hechos o situaciones que
ocurren a lo largo de la sesión a cada uno de los alumnos. Este registro se
realizaría individualmente a cada alumno.
La Rúbrica es otra herramienta de evaluación que permite
establecer el grado de consecución de los aprendizajes, y que favorece la
autoevaluación en los alumnos. La matriz
de evaluación o "rúbrica" es una tabla de doble entrada donde se
especifican criterios, objetivos o competencias y que sirven de guía para
puntuar el rendimiento del alumnado. Las rúbricas permiten no solo evaluar al
alumnado sino también a los productos,
autoevaluar, coevaluar, etc, en definitiva permiten valorar el
aprendizaje, conocimientos y competencias adquiridas por los estudiantes, sobre
un tema, tarea o actividad a través de niveles de desempeño sobre los
contenidos o competencias a evaluar.
La rúbrica permite
evaluar de forma objetiva la progresión del alumnado, teniendo que especificar
el docente qué espera del alumnado, teniendo en cuenta los criterios para
diseñar las tareas.
Tenemos también la
Escala de calificación, que consiste en una serie de indicadores y una escala
gradada, numérica, literal, gráfica o descriptiva.
La Lista de cotejo es
otra de las herramientas que nos sirven para observar a nuestro alumnado, una
lista de criterios con indicadores de logro que permiten establecer el nivel de
logro de aprendizaje alcanzado por los estudiantes.
La Observación externa
es a mi modo de ver la de las más potentes, ya que el que haya un agente
externo al aula-grupo, que puede ser otro docente del centro educativo-asesor-inspector o
cualquier otro docente del centro, e incluso el propio alumnado, nos pueden dar
muchas pistas de cómo está funcionando el proceso de enseñanza aprendizaje.
Esta se puede realizar utilizando rúbricas, listas de cotejo o una simple
escala de calificación y está indicado sobre todo para evaluar el trabajo por
proyectos o tareas.
Por último, no quiero
dejar atrás otra herramienta que puede ser muy potente y es la Entrevista. Para
elaborar una entrevista se deben tener en cuenta múltiples factores: qué
pretendemos lograr, características de los entrevistados, el tiempo, el
ambiente se debe cuidar mucho, la actitud del entrevistador, y sobre todo la
comunicación entre entrevistado y entrevistador debe ser afable, distendida y
cercana.
M. Teresa Fuertes
Camacho profesora de la Universidad Internacional de Cataluña en su artículo
titulado “La observación de las prácticas educativas como elemento de
evaluación y de mejora de la calidad en la formación inicial y continua del
profesorado” publicado en la Revista de docencia Universitaria, conscientes de
la importancia de la observación en la práctica docente, plantea incluir en la
formación inicial de grado del profesorado la observación como instrumento y
como técnica de recogida y análisis sistemático en los contextos reales.
En resumen, la Evaluación debe ser tomada muy en cuenta en la Educación del S XXI ya que el
cambio educativo y el uso de metodologías emergentes llevan aparejada una alta
dosis de observación en el aula, que podría sustituir en la mayoría de los
casos el uso del examen escrito como nota final de la asignatura. Por ello, el
trabajo conjunto entre instituciones para planificar la transición entre la
enseñanza media y superior, es si cabe, más que necesario.
Por Esteban G. Santana Cabrera
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