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Por Esteban G. Santana Cabrera |
Canarias es un lugar de contrastes, de belleza natural y riqueza cultural, pero también de desigualdades que afectan, de manera especial, a los más pequeños. Uno de los desafíos más acuciantes es el abandono escolar temprano. Nuestras islas presentan una de las tasas más altas de España, lo que deja a muchos jóvenes sin herramientas para afrontar un futuro lleno de oportunidades. Combatir esta realidad exige un esfuerzo conjunto, desde políticas públicas hasta el compromiso de las familias y la implicación de las comunidades educativas.
Asimismo Canarias es un lugar de encuentro, un cruce de caminos entre culturas y tradiciones. Esta diversidad es una riqueza que debemos valorar y potenciar en las aulas, fomentando la inclusión y creando un sistema educativo que responda a las necesidades de todos, incluidos los niños migrantes y refugiados que llegan en busca de un futuro mejor. Es nuestra responsabilidad asegurarnos de que encuentren en nuestras escuelas un espacio de acogida y desarrollo, donde puedan soñar y crecer sin barreras.
Pero no podemos olvidar que nuestras islas son un paraíso natural único en el mundo. Educar a las nuevas generaciones en valores de sostenibilidad y respeto por el medio ambiente no solo es una obligación, sino una oportunidad para construir un futuro mejor. La educación debe formar ciudadanos comprometidos con el cuidado de su entorno y preparados para construir un mundo más sostenible.
Este Día de la Infancia nos recuerda que garantizar el derecho a la educación no es solo un deber de los gobiernos, sino una tarea de todos: familias, docentes y la sociedad en su conjunto. Cada uno de nosotros tenemos un papel en la construcción de un sistema educativo que permita a nuestros niños y niñas no solo aprender, sino también imaginar y construir un futuro lleno de posibilidades.
En Canarias, la infancia es nuestro presente, pero también el futuro de nuestras islas. Apostar por su educación es invertir en una sociedad más justa, inclusiva y próspera. En este 20 de noviembre, renovemos nuestro compromiso para que ningún niño se quede atrás, y para que todos puedan disfrutar del derecho a una educación que les permita alcanzar sus sueños y contribuir al bienestar de nuestras islas. Porque solo educando en igualdad, construiremos un futuro que valga la pena para todos.
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