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Por Esteban G. Santana Cabrera |
Hoy 10 de diciembre celebramos el Día de los Derechos Humanos, una fecha que conmemora la adopción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos por parte de las Naciones Unidas en 1948. El derecho a la educación ocupa un lugar central como pilar esencial para el desarrollo personal, social y cultural de las personas.
En
dicha Declaración, el artículo 26 proclama que “toda persona
tiene derecho a la educación”. Este derecho incluye una educación
primaria gratuita y obligatoria, así como el acceso igualitario a la
educación secundaria y superior en función del mérito. Sin
embargo, para que este derecho sea efectivo, no basta con garantizar
el acceso; también es crucial asegurar la calidad de la enseñanza y
la inclusión de todas las personas, independientemente de su
situación socioeconómica, su procedencia o su condición física o
mental.
En Canarias, la educación tiene un papel clave
para abordar los retos específicos de nuestra
tierra,
como el alto índice de abandono escolar temprano, las desigualdades
educativas y el impacto de la inmigración en las aulas. A pesar de
estos desafíos, también existen oportunidades únicas para afianzar
el derecho a la educación y fomentar una cultura de derechos
humanos.
La ubicación geográfica de Canarias y su
condición de puente entre tres continentes han
convertido
históricamente
a las islas en un puente
de culturas. Esta diversidad puede ser un recurso pedagógico para
fomentar valores como la tolerancia, la inclusión y el respeto
mutuo.
Integrar los derechos humanos en el currículo
escolar es una estrategia clave para sensibilizar a los jóvenes
sobre la importancia de estos principios. En este sentido, Canarias
cuenta con programas y proyectos educativos que trabajan desde esta
perspectiva, aunque es fundamental seguir reforzándolos.
Para
seguir avanzando en la consolidación del derecho a la educación en
Canarias, y
no me canso de repetirlo, es
fundamental en
primer lugar reducir
el abandono escolar temprano, diseñando
estrategias personalizadas que atiendan a las necesidades específicas
de cada alumno.
En
segundo lugar debemos continuar impulsando
la formación docente, asegurando
que los docentes contemos
con las herramientas y los conocimientos necesarios para fomentar la
inclusión y la educación en derechos humanos.
En
tercer lugar se debe continuar fomentando
la participación de
las familias y a la comunidad en general en el proceso educativo,
creando redes de apoyo para los alumnos.
En
definitiva,
en este
Día de los Derechos Humanos, recordemos que la educación no solo es
un derecho en sí mismo, sino también la llave para acceder a otros
derechos fundamentales. En Canarias, esta celebración nos invita a
reflexionar sobre cómo podemos mejorar el sistema educativo para
garantizar que nadie quede atrás y que la diversidad sea vista como
una fortaleza.
La educación es el camino hacia una
sociedad más justa, y todos somos responsables de recorrerlo juntos.
Porque, como dijo Nelson Mandela: “La educación es el arma más
poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”.
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