Recientemente ha sido publicado un informe, el "Ranking por la Excelencia Educativa 2015", realizado por Profesionales por la Ética, a partir de datos del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, donde se analizan varios aspectos como: escolarización, graduación, idoneidad, abandono escolar, iniciativa social escolar, gasto educativo, ratios, recursos informáticos y complementos y eficiencia en el gasto educativo. Nuestra comunidad canaria no quedó muy bien parada, ocupando el penúltimo lugar en el ranking general, solo por delante de Castilla La Mancha.
Este estudio ha tenido muchas lecturas. Hay quién ve el vaso medio lleno y hay quien lo ve medio vacío. Depende, todo depende, como dice la canción. No es lo mismo un centro educativo que otro, no es lo mismo un grupo del mismo nivel que otro, incluso dentro del mismo centro, independientemente de que sea público, privado o concertado. No es la misma implicación de las familias en unos sitios que en otros, ni la de los docentes. Y hablando de docentes, no es lo mismo la formación de unos que las de otros y aquí entrarían múltiples variables que no vienen a cuento ahora.
Desde mi punto de vista como docente, creo que estudios de este tipo hay que mirarlos con lupa y nunca mejor dicho. Con esto no quiero poner en entredicho el trabajo, ni mucho menos, solo que hay que observar a nuestro alrededor. Muchos centros en nuestra comunidad canaria están innovando, emocionando, creando, motivando, ilusionando,... Hay un buen número de docentes que hacen del trabajo su vida, pensando en que el aprendizaje de su alumnado sea significativo, formándose, inculcando la importancia del esfuerzo. Siendo sobre todo guías, acompañantes y modelos del proceso de enseñanza aprendizaje.
Días atrás se ha reconocido y premiado la labor didáctica o de investigación de profesores y centros de Canarias con el Premio Viera y Clavijo, facilitando la difusión entre los distintos centros escolares de los trabajos o experiencias que han merecido dicho reconocimiento por su calidad y esfuerzo. Gente que lo ha dado todo por la educación y que la sociedad les reconoce, aunque sea de manera honorífica su labor.
Me vienen a la mente centros como el IES Cairasco de Figueroa, el CEIP Esteban Navarro, el CEIP Padre Collado, el CEIP Ofra Vistabella, el Colegio Heidelberg o el Claret,... por decir algunos de los muchos que pueden ser modelos de excelencia educativa. Centros canarios, con nombres y apellidos. Si los datos de este estudio de Excelencia Educativa se hubieran extraído de estos, Canarias sería de los primeros del ranking. En primer lugar porque son centros que emocionan y son creativos, y su primera preocupación son los niños y niñas que llenan sus aulas. Además fomentan la participación de padres, profesores, entidades sociales y culturales y las Administraciones. Porque son centros que promueven buenas prácticas y experiencias que comparten con los centros de su distrito. Todo ello realizado con un meticuloso y detallado seguimiento y colaboración de los técnicos de la administración educativa, los servicios de apoyo a la escuela, desde Inspección Educativa a las asesorías de los CEP y por supuesto sin dejar atrás sus respectivos Consejos Escolares. Centros educativos gestionados de manera muy eficiente por su equipo directivo, que potencian el liderazgo y promueven proyectos para el centro fruto de la iniciativa del profesorado o de las necesidades sociales, fomentando la implicación de las familias. Con Planes de Formación del Profesorado dirigidos a potenciar la formación de los mismos partiendo de sus necesidades, para que redunde en el alumnado.
Canarias está en camino y a buen seguro, que en unos años, podremos verla en los primeros puestos de los muchos estudios que sobre educación se hacen en nuestro país.
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