Por Esteban G. Santana Cabrera |
Dan Pearce decía “La gente que se ama a sí misma no hace daño a otra gente. Cuanto más nos odiamos a nosotros mismos, más queremos que otros sufran”. El bullying o acoso escolar es la violencia que sufren algunos alumnos, ya sea física o psicológica en el entorno escolar. La UNESCO ha declarado el primer jueves de noviembre como el Día Internacional contra la Violencia y el Acoso Escolar, incluido el ciberacoso, reconociendo que la violencia en las escuelas es una violación de los derechos a la educación, la salud y el bienestar de el alumnado.
A propósito de este día, me gustaría destacar los esfuerzos que Canarias ha implementado para prevenir y reducir el bullying en el entorno escolar, integrando protocolos y recursos en nuestros centros educativos con la finalidad de fortalecer la convivencia y el bienestar de nuestros niños y niñas. Cada año se ponen en marcha campañas que buscan concienciar y educar sobre los efectos del acoso, incluyendo el ciberacoso, que afecta a un número significativo. de estudiantes en todo el mundo y, particularmente, en las Islas Canarias.
En este contexto, la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias, en colaboración con el Servicio de Prevención y Ayuda contra el Acoso Escolar (SPACAE), ha trabajado activamente en la gestión de casos de acoso. En lo que va del curso actual, según datos de la propia Consejería, en comparación con años anteriores, los casos de acoso han disminuido considerablemente debido a la implementación de medidas preventivas y en la detección temprana de casos de acoso. Esta tendencia positiva se vincula con la creación de la figura del coordinador de bienestar y protección del alumnado en cada centro escolar, encargado de gestionar los protocolos contra el acoso, diseñar y actualizar planes de convivencia, y promover métodos de resolución pacífica de conflictos, como la mediación escolar.
Además de la figura del coordinador, los centros educativos en Canarias cuentan con múltiples herramientas para prevenir el acoso y fomentar un ambiente de respeto y apoyo mutuo. Los programas educativos incluyen campañas de sensibilización, talleres para el desarrollo de habilidades emocionales y sociales, así como la capacitación de docentes y familias para detectar señales de acoso y actuar adecuadamente.
El apoyo institucional también se refleja en el incremento del presupuesto para la prevención del acoso, que aumentará el próximo año según anunció el Consejero, lo que permitirá ampliar los recursos disponibles y profundizar en los programas que ya están funcionando. Este compromiso facilitará el desarrollo de actividades y programas educativos que abordan el acoso desde una perspectiva inclusiva, asegurando que todos los miembros de la comunidad educativa estén involucrados en la creación de un entorno seguro y acogedor.
Por último, me gustaría resaltar que la colaboración entre la administración, las escuelas y las familias es fundamental para asegurar la efectividad de estas medidas. Canarias ha dado pasos significativos en la creación de espacios seguros en los que el alumnado puede expresar sus inquietudes. La reducción en los casos de acoso escolar y la menor necesidad de activación de recursos reflejan que estas estrategias están logrando resultados. Sin embargo, el trabajo debe ser continuo, ya que el cambio cultural y la sensibilización sobre el acoso requieren de un esfuerzo por parte de todos, promoviendo una educación basada en el respeto y la dignidad.
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