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Por Esteban G. Santana Cabrera |
En muchas ocasiones, cuando hablamos de grandes descubrimientos científicos, se mencionan nombres como Einstein, Newton o Darwin, pero ¿dónde queda el legado de tantas mujeres que también transformaron el mundo? ¿Cuántas niñas conocen la historia de Rosalind Franklin y su papel en el descubrimiento del ADN? ¿Cuántos saben que fue Ada Lovelace quien sentó las bases de la programación informática, siendo la primera mujer programadora? ¿Cuántos han escuchado hablar de Katherine Johnson, una de las primeras mujeres afroamericanas en trabajar como científica de la NASA?
Las mujeres han sufrido de invisibilidad en la ciencia, y esto no solo les roba el reconocimiento que merecen, sino que también priva a nuestras niñas de modelos con los que puedan identificarse. Y aquí está el desafío: demostrarles que el mundo de la ciencia es tan suyo como de cualquier otra persona independientemente del sexo.
Para lograr esto, es imprescindible empezar por las aulas. Ahí es donde nacen las vocaciones y donde pueden romperse los estereotipos que, lamentablemente, aún asocian la ciencia con lo masculino. Organizar talleres de robótica, programación o matemáticas aplicadas puede ser el primer paso. Pero no basta con enseñarles cómo construir un robot o programar un código: debemos acompañarlas en el proceso, darles confianza y demostrarles que no hay límites para lo que pueden lograr.
Promover las disciplinas STEAM entre las niñas no es solo una cuestión de justicia social; es una necesidad para el progreso. Las estadísticas muestran que la diversidad en los equipos de investigación conduce a soluciones más innovadoras y creativas. Al empoderar a las mujeres y darles acceso equitativo a estas áreas, no solo estamos corrigiendo una desigualdad histórica, sino que estamos fortaleciendo el avance científico en su conjunto.
Además, la igualdad no se limita a abrir puertas; se trata también de acompañar y de generar espacios donde las niñas se sientan seguras y valoradas. Imaginen programas donde elalumnado pueda conocer a ingenieras, programadoras y científicas que les cuenten su historia y las inspiren a ser científicas o ingenieras. Y los hay. En la Universidad de Las Palmas de GC hay varios programas que tratan de dar a conocer no solo la ciencia a las niñas sino que incluso, hay investigaciones orientadas a la divulgación científica y a la promoción de vocaciones STEAM en estudiantes de secundaria y primaria.
Asimismo, el proyecto”Mujeres Científicas Canarias” cuyo objetivo es presentar al alumnado la realidad de la investigación científica y tecnológica desde la perspectiva de mujeres que desarrollan su labor investigadora en instituciones académicas de Canarias. Busca mostrar que es posible alcanzar el estatus de investigadora sin que el género sea un impedimento.
La ciencia no puede permitirse desperdiciar el talento de la mitad de la población. Por eso, en este Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, debemos poner en valor el papel que juega la mujer en la ciencia.
Porque el futuro de la ciencia necesita voces diversas. Y estoy convencido de que, entre esas voces, estarán las de muchas niñas que hoy, gracias a nuestro esfuerzo, podrán decir con orgullo: "Soy científica. Y puedo cambiar el mundo, a mejor".
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