martes, 8 de julio de 2025

Juntos volamos más lejos

Por Esteban G. Santana Cabrera  

Nos encontramos en la era de la interconexión, donde el trabajo en equipo ha dejado de ser una opción para convertirse en una necesidad. La mayoría de los retos sociales, científicos, tecnológicos y medioambientales de hoy en día no pueden resolverse de manera individual. Requieren colaboración, escucha, empatía y la capacidad de construir soluciones de manera colectiva. Esta realidad se refleja también en las profesiones del futuro: los empleos más demandados valoran no solo los conocimientos técnicos, sino especialmente la capacidad de trabajar con otros, de aportar al grupo y de generar sinergias.

La escuela, como primer espacio de socialización y aprendizaje formal, tiene un papel clave en la formación de este espíritu colaborativo. Más allá de los contenidos curriculares, el desarrollo de habilidades como la cooperación, la comunicación y la resolución de conflictos debe ocupar un lugar central en nuestras escuelas. Enseñar a trabajar en equipo desde Educación Infantil no solo prepara a nuestros niños y niñas para su futuro profesional, sino también para construir una sociedad más justa, solidaria e inclusiva.

En este sentido, los proyectos interdisciplinares y vivenciales son herramientas especialmente potentes. Un excelente ejemplo de ello es la radio escolar. En muchos centros de Canarias, se puede ver cómo la práctica del trabajo cooperativo se convierte en una experiencia real, enriquecedora y profundamente educativa. Cada programa que se emite es fruto del esfuerzo conjunto de un equipo donde cada integrante tiene una función específica: desde la redacción de contenidos y entrevistas, hasta la locución, la edición de sonido o la gestión del tiempo en el estudio. Todas las piezas deben encajar para que el resultado final fluya, y eso requiere diálogo, coordinación, responsabilidad y, sobre todo, confianza en los demás.

En uno de nuestros programas dedicados al Día del Libro, por ejemplo, los niños y niñas trabajaron de forma conjunta para crear una lectura dramatizada, combinando voces, música y efectos de sonido. No solo fue una actividad creativa, sino también una oportunidad para practicar la cooperación, respetar turnos, asumir responsabilidades y resolver dificultades de manera conjunta. Nadie destaca por encima de los demás: el éxito del programa es el éxito del grupo.

Además, experiencias como esta tienen un fuerte componente inclusivo. La radio escolar permite integrar distintas capacidades, ritmos de aprendizaje e intereses. Todos pueden aportar algo valioso, y esa diversidad enriquece el resultado final. Cuando el trabajo en equipo realmente funciona, se aprende también a cuidar al otro, a esperar, a acompañar, a celebrar los logros comunes y a afrontar juntos los errores.

Y es que educar para el trabajo en equipo es también educar para la vida. Podemos inspirarnos en una bella metáfora que me recordó el amigo Sergio Martínez y que nos regala la naturaleza: la de los gansos en vuelo. Estas aves migratorias vuelan en formación para ahorrar energía y avanzar con más fuerza. Pero lo más hermoso ocurre cuando uno de ellos enferma o se hiere: no se queda solo. Dos compañeros lo acompañan, lo protegen y permanecen con él hasta que puede seguir su camino. Esa lección de lealtad y apoyo mutuo es un espejo de lo que deberíamos cultivar en nuestras aulas.

La escuela debe ser ese lugar donde todos aprendan a volar en formación, sin dejar a nadie atrás. Porque solo trabajando juntos podremos llegar más lejos.

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