Por Esteban G. Santana cabrera |
LPDLP. Que el juego tiene un papel importante en la vida de nuestros hijos es algo
que nadie pone en duda. El ser humano se pasa la vida jugando, y en muchas
ocasiones no solo es entretenimientos sino que se puede convertir en terapia y en
una manera distinta de aprender. En los últimos tiempos se oye hablar mucho, en
ambientes educativos, de la “gamification” o lo que es lo mismo introducir el juego en las aulas para mejorar el
rendimiento, la concentración, el esfuerzo, y otros valores que motiven al
alumnado.
En una
empresa de cualquier sector, si los trabajadores no están comprometidos
en su proyecto, no se podrá conseguir el éxito esperado. Esto mismo ocurre en el ámbito educativo. Aplicar la gamificación en la
educación consiste en utilizar una actividad lúdica para aprender o llevar al
aula la organización y las reglas de un juego, con el objetivo de implicar al alumnado y ofrecerles una forma diferente de aprendizaje. Todo esto ayudado
por las nuevas tecnologías de la información que ofrecen mil y una
posibilidades.
Los juegos on line o los videojuegos no son un descubrimiento reciente ya
que grandes multinacionales llevan utilizándolos para motivar a sus trabajadores
y con ello poder expandirse y mejorar sus ingresos. El juego en el aula tampoco
es nada nuevo, sobre todo en las primeras etapas educativas. ¿Pero por qué pasa
a un segundo plano a medida que el alumnado sube de nivel? Este vacío lo viene
a llenar en parte la gamificación ya que aprender de manera práctica, compartida
y divertida, debe estar presente en todas las etapas de la escolaridad.
Jesús Díaz y Yolanda Troyano
en su artículo titulado “EL POTENCIAL DE
LA GAMIFICACIÓN APLICADO AL ÁMBITO EDUCATIVO” nos aclaran mucho sobre el
tema. Dichos autores nos ponen en antecedentes y señalan que son Gabe Zichermann y Christopher Cunningham quienes
comienzan a hablar de gamificación en su obra Gamification by Design
definiéndola como “un proceso relacionado con el pensamiento del jugador y las
técnicas de juego para atraer a los usuarios y resolver problemas”.
Pero según ellos debemos
tener claro que hay diferencias entre la gamificación y los juegos educativos
en las aulas ya que mientras la primera muestra un espacio de juego más
atractivo que motiva a los jugadores la segunda no. En la gamificación se usan
elementos de juegos, como los incentivos, ganancias, puntos, para obtener de
esta forma una conducta deseada por parte del jugador.
El juego en el ámbito educativo mejora la autonomía, la creatividad, la capacidad de respuesta, la habilidad para solucionar
problemas, fomenta el trabajo cooperativo la motivación y el interés pudiendo
proporcionar simulaciones de problemas
reales.
Ideas para gamificar tu aula podemos encontrar a cientos en la red, utilizando
videojuegos, webs o apps, y pudiendo aplicarla durante todo el proceso de
enseñanza aprendizaje. Minecraft, Angry Birds, Duolingo o ClassCraft son
algunas de las aplicaciones que puedes utilizar en cualquier materia o temática
y donde no solo se tiene en cuenta el
aprendizaje sino también valores humanos.
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