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Por Esteban G. Santana Cabrera |
Les diré que sigo mucho últimamente a Alfredo Vela, un técnico en informática de gestión, ligado al mundo de la formación empresarial en los ámbitos de TIC’s, informáticas, habilidades directivas y social media y como dice en su biografía, además participante activo en numerosos blogtrips y socialtrips desplegando una actividad muy notable en redes sociales, sobre todo a través de su cuenta personal en Twitter (@alfredovela).
Y se preguntarán ¿qué tiene que ver la educación con la empresa? Pues la respuesta es fácil, mucho. Al fin y al cabo si no preparamos un producto apetecible, educativamente hablando claro está, si no vendemos bien ese producto, si nosotros como "empresarios" no nos relacionamos con otros colegas del sector y no le ofrecemos un canal de comunicación cercano y fiable, estamos "muertos" como decimos por aquí.
Y aprovechando a Alfredo y la publicación en su página de una infografía de esas que a él le encantan y titulada "¿Por qué mi empresa tiene que estar en las redes sociales?, se me ocurrió escribirle y sugerirle que esto mismo habría que llevarlo a los centros educativos. A sabiendas de que muchos pondrán el grito en el cielo porque no se cansan de ver lo negativo de las redes sociales y el mal que aporta a la sociedad, que lo hay.
Pero hoy nos vamos a quedar con las positivas y estas fueron mis razones para defender el uso de las redes sociales en los centros educativos:
Primero, porque nos hacemos visibles.
Nos permite compartir contenido propio y de otros, de calidad, con otros profesionales de nuestro ámbito.
En segundo lugar: sirve para empoderarnos y darle valor al trabajo que realizamos diariamente. Nos permite saber qué piensan de nosotros, no solo a nuestro alrededor, sino más allá de nuestras fronteras y nos va a dar un feedback interesantísimo para mejorar el proyecto educativo y la organización de nuestro trabajo.
Otro punto a tener en cuenta, no menos importante, es que nos hacemos un hueco en el ciberespacio.
Aporta identidad al centro, le saca del anonimato y le da caché virtual. Pero no solo eso, sino que le da espontaneidad y cercanía.
Por otro lado es un canal directo de comunicación para toda la comunidad educativa, sin intermediarios. Ofrece un espacio para la reflexión, la comunicación y la opinión de padres, docentes y alumnado, así como una herramienta para acercarla al entorno y a las instituciones ciudadanas con las que tiene que trabajar sí o sí para aportar una enseñanza más significativa. Además nos permite estar comunicados en tiempo récord, al instante. Es una manera cómoda y sencilla de solucionar dudas
Asimismo nos convierte en referentes educativos para los demás. Con el tiempo nos aportará reputación en las redes, buena o mala según como lo hagamos, y nos hará más fiables, atractivos y modelos a imitar.
Ayuda a crearnos un entorno de profesionales con los mismos intereses y con ganas de compartir, formarse e informarse. Permitiéndonos visibilizar nuestro trabajo a los demás ya que las redes sociales son canales de difusión muy rápidos y directos para dar a conocer nuestros logros. Las redes sociales aportan inmediatez y cercanía. Da respuestas rápidas, directas, personalizadas.
Permite crear más empatía entre profesorado-alumnado-familias.
En definitiva es una manera sencilla de dar a conocer nuestra identidad y nuestra línea de trabajo, si apostamos por la innovación. Yo veo muchas cosas positivas, igual otro día nos centramos en las negativas, pero por ahora me quiero quedar con lo bueno y con lo que ayuda a crecer y a innovar y las redes sociales de estos dos verbos sabe bastante.
¿Docentes, nos apuntamos?
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