“Y porque no quería dejarme abatir, sino seguir
luchando, y volver a nacer con optimismo, si tenía que reconocer ante los viejos bajo el baobab que me había equivocado
lo haría; ellos son sabios y sabían que
la humildad gana a la soberbia, que el
hombre que reconoce sus errores merece seguir siendo respetado. Trabajaré duro
para que la tierra nos dé lo que nos debe y los pasos que di equivocadamente
servirán para que mis hermanos no sigan mi camino"
Fragmento del libro titulado Me llamo Suleimán, del
tristemente fallecido Antonio Lozano y que describe al milímetro la
personalidad de este autor que ha puesto de luto a la sociedad canaria. Antonio
Lozano González, uno de los referentes literarios de la isla de Gran
Canaria nacido en Tánger pero vecino de Agüimes, llevó grabado a fuego su
África natal. Fue director del Festival del Sur-Encuentro Teatral Tres
Continentes y del Festival Internacional de Narración Oral «Cuenta con
Agüimes». Por esta labor recibió el Premio Max Iberoamericano en el año 2011. Recibió
diferentes premios por sus obras: Harraga (Zoela, 2002) fue ganadora del I
Premio Novelpol a la mejor novela negra publicada en España. Las cenizas de
Bagdag obtuvo en 2002 el premio Benito Pérez Armas. El caso Sankara (Almuzara, 2006), fue
ganadora del I Premio Internacional de Novela Negra Ciudad de Carmona. Donde
mueren los ríos, fue finalista del I Premio Brigada 21. También publicó
Preludio para una muerte (Ediciones B, 2006).
El crimen de la perra Chona, escrita a cuatro manos con Alexis Ravelo,
la adaptación teatral de su novela Me llamo Suleimán y Los malditos, fueron
algunos de sus proyectos teatralizados bajo la batuta de Mario Vega.
Antonio Lozano fue una persona comprometida con la
sociedad, hasta el punto de implicarse políticamente en su municipio, del que fue concejal de Cultura
entre 1987 y 2003, cuando abandona su cargo político para incorporarse a su
puesto como profesor de Francés en el Instituto Joaquín Artiles de Agüimes, una
comunidad educativa que hoy llora su pérdida.
Su amor por África lo llevó dentro durante toda su
vida, no solo en sus obras sino a nivel social, participando en diversos
proyectos de solidaridad con el pueblo africano. Hoy Canarias llora su muerte,
hoy un trozo de nuestro patrimonio más querido se ha ido, pero siempre quedarán
sus palabras y sus hechos. Descansa en Paz Antonio.
Por Esteban G. Santana Cabrera
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