Por Esteban G. Santana Cabrera |
El 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, nos invita a reflexionar sobre el impacto de esta problemática en distintos ámbitos, incluido el educativo. Este año el lema es "Cada 10 minutos se asesina a una mujer. #NoHayExcusa. ÚNETE para poner fin a la violencia contra las mujeres" y trata de movilizar a la sociedad ante una alarmante escalada de la violencia contra las mujeres, así como revitalizar los compromisos y exigir responsabilidad y medidas concretas a los responsables políticos.
En Canarias, durante
el segundo trimestre de 2024, se produjo un incremento respecto a años
anteriores a pesar de las políticas en materia de igualdad. Además,
desde 2003, más de 1.240 mujeres han sido asesinadas en España por
sus parejas o exparejas, y desde 2013, más de 50 menores han muerto
en casos de violencia vicaria, una de las formas más extremas de
esta violencia, dirigida a dañar emocionalmente a la madre a través
de sus hijos.
Desde el ámbito educativo se está desempeñando un papel importantísimo en la prevención al identificar
de primera mano y abordar conductas que normalizan la violencia. Por
ejemplo, fomentar el respeto y la igualdad desde la infancia,
incorporar programas de sensibilización sobre género y promover la
formación docente son estrategias que deben estar presentes en
nuestros centros educativos. Es vital intervenir ante pequeños actos
de violencia como burlas o agresiones verbales, que pueden escalar a
formas más graves de maltrato.
Un ejemplo destacado de
lucha contra esta lacra es Amnistía Internacional España, que aboga
por fortalecer los recursos humanos y materiales para apoyar a las
víctimas, implementar mecanismos de protección más eficaces y
formar a los profesionales en contacto con estos casos. Su labor
incluye presionar para que los medios de comunicación jueguen un
papel en la concienciación social, algo indispensable para el cambio
cultural necesario.
El lema ‘Esta es mi historia. Que no se repita’ es el escogido por el Cabildo de Gran Canaria para reivindicar las voces de todas las mujeres que han sufrido algún tipo de violencia a lo largo de su vida y que quieren contar su propia historia en primera persona”. Con esta campaña se pretende concienciar desde los más pequeños la lacra que supone la violencia de género en todas sus formas y cómo detectarla y luchar contra ella, para construir una sociedad que no cierre los ojos ante esta realidad.
Según la Declaración de la ONU de 1993, la violencia contra la mujer sigue siendo un obstáculo para la igualdad, el desarrollo y la paz, así como para el respeto de los derechos humanos. La promesa de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de no dejar que nadie se quede atrás, no podrá cumplirse sin primero poner fin a la violencia contra mujeres y niñas.
El 25 de noviembre no se puede quedar en un día para la conmemoración, debe ser una llamada al rechazo y la indiferencia de esta lacra social. La educación puede ser el instrumento que convierta el "nunca más" en una realidad. Si nos concienciamos, estamos no solo protegiendo a las víctimas del presente, sino garantizando una sociedad más segura para las del futuro. El cambio empieza ahora, con nosotros.
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