El 20 de noviembre, Día Universal de la Infancia, es una fecha que invita a detenernos y reflexionar sobre los derechos de los niños y las niñas. Entre todos estos derechos fundamentales, hay uno que destaca por ser la llave que abre las puertas al futuro: el derecho a la educación. Si nos centramos en nuestra tierra, la Comunidad Canaria, descubrimos que, aunque se han logrado importantes avances, aún existen retos significativos que superar para garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad para todos los niños y niñas canarios.
Canarias es un lugar de contrastes, de belleza natural y riqueza cultural, pero también de desigualdades que afectan, de manera especial, a los más pequeños. Uno de los desafíos más acuciantes es el abandono escolar temprano. Nuestras islas presentan una de las tasas más altas de España, lo que deja a muchos jóvenes sin herramientas para afrontar un futuro lleno de oportunidades. Combatir esta realidad exige un esfuerzo conjunto, desde políticas públicas hasta el compromiso de las familias y la implicación de las comunidades educativas.
Asimismo Canarias es un lugar de encuentro, un cruce de caminos entre culturas y tradiciones. Esta diversidad es una riqueza que debemos valorar y potenciar en las aulas, fomentando la inclusión y creando un sistema educativo que responda a las necesidades de todos, incluidos los niños migrantes y refugiados que llegan en busca de un futuro mejor. Es nuestra responsabilidad asegurarnos de que encuentren en nuestras escuelas un espacio de acogida y desarrollo, donde puedan soñar y crecer sin barreras.
Pero no podemos olvidar que nuestras islas son un paraíso natural único en el mundo. Educar a las nuevas generaciones en valores de sostenibilidad y respeto por el medio ambiente no solo es una obligación, sino una oportunidad para construir un futuro mejor. La educación debe formar ciudadanos comprometidos con el cuidado de su entorno y preparados para construir un mundo más sostenible.
Este Día de la Infancia nos recuerda que garantizar el derecho a la educación no es solo un deber de los gobiernos, sino una tarea de todos: familias, docentes y la sociedad en su conjunto. Cada uno de nosotros tenemos un papel en la construcción de un sistema educativo que permita a nuestros niños y niñas no solo aprender, sino también imaginar y construir un futuro lleno de posibilidades.
En Canarias, la infancia es nuestro presente, pero también el futuro de nuestras islas. Apostar por su educación es invertir en una sociedad más justa, inclusiva y próspera. En este 20 de noviembre, renovemos nuestro compromiso para que ningún niño se quede atrás, y para que todos puedan disfrutar del derecho a una educación que les permita alcanzar sus sueños y contribuir al bienestar de nuestras islas. Porque solo educando en igualdad, construiremos un futuro que valga la pena para todos.
Esta semana celebramos en Radio Los Giles un aniversario muy especial: el centenario de la radio en España. Hace cien años, este medio se convirtió en una parte fundamental de nuestras vidas y, desde entonces, la radio ha sido nuestra compañera en los momentos buenos y en los más difíciles.
Y para nosotros en el CEIP Los Giles se ha convertido en una compañera de nuestro viaje educativo. A través de la radio, desde hace tres años, hemos escuchado historias que nos han hecho soñar, hemos aprendido sobre el mundo, y hemos sentido la compañía de voces que nos parecen amigas, aunque muchas veces ni siquiera las hayamos conocido en persona. La radio es mucho más que palabras y música.
Y para rendir homenaje a este medio tan especial y que para nosotros es una herramienta educativa, tuvimos el privilegio de contar hoy con un invitado que representa ese espíritu único de la radio. Él es periodista, es del barrio de Las Mesas y dirige el programa ‘Roscas y Cotufas’ en Radio Televisión Canaria. Nos referimos a Tomás Galván, un profesional de la comunicación que lleva años dedicando su voz y su corazón a esta labor que tanto ama.”
Dan Pearce decía “La gente que se ama a sí misma no hace daño a otra gente. Cuanto más nos odiamos a nosotros mismos, más queremos que otros sufran”. El bullying o acoso escolar es la violencia que sufren algunos alumnos, ya sea física o psicológica en el entorno escolar. La UNESCO ha declarado el primer jueves de noviembre como el Día Internacional contra la Violencia y el Acoso Escolar, incluido el ciberacoso, reconociendo que la violencia en las escuelas es una violación de los derechos a la educación, la salud y el bienestar de el alumnado.
A propósito de este día, me gustaría destacar los esfuerzos que Canarias ha implementado para prevenir y reducir el bullying en el entorno escolar, integrando protocolos y recursos en nuestros centros educativos con la finalidad de fortalecer la convivencia y el bienestar de nuestros niños y niñas. Cada año se ponen en marcha campañas que buscan concienciar y educar sobre los efectos del acoso, incluyendo el ciberacoso, que afecta a un número significativo. de estudiantes en todo el mundo y, particularmente, en las Islas Canarias.
En este contexto, la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias, en colaboración con el Servicio de Prevención y Ayuda contra el Acoso Escolar (SPACAE), ha trabajado activamente en la gestión de casos de acoso. En lo que va del curso actual, según datos de la propia Consejería, en comparación con años anteriores, los casos de acoso han disminuido considerablemente debido a la implementación de medidas preventivas y en la detección temprana de casos de acoso. Esta tendencia positiva se vincula con la creación de la figura del coordinador de bienestar y protección del alumnado en cada centro escolar, encargado de gestionar los protocolos contra el acoso, diseñar y actualizar planes de convivencia, y promover métodos de resolución pacífica de conflictos, como la mediación escolar.
Además de la figura del coordinador, los centros educativos en Canarias cuentan con múltiples herramientas para prevenir el acoso y fomentar un ambiente de respeto y apoyo mutuo. Los programas educativos incluyen campañas de sensibilización, talleres para el desarrollo de habilidades emocionales y sociales, así como la capacitación de docentes y familias para detectar señales de acoso y actuar adecuadamente.
El apoyo institucional también se refleja en el incremento del presupuesto para la prevención del acoso, que aumentará el próximo año según anunció el Consejero, lo que permitirá ampliar los recursos disponibles y profundizar en los programas que ya están funcionando. Este compromiso facilitará el desarrollo de actividades y programas educativos que abordan el acoso desde una perspectiva inclusiva, asegurando que todos los miembros de la comunidad educativa estén involucrados en la creación de un entorno seguro y acogedor.
Por último, me gustaría resaltar que la colaboración entre la administración, las escuelas y las familias es fundamental para asegurar la efectividad de estas medidas. Canarias ha dado pasos significativos en la creación de espacios seguros en los que el alumnado puede expresar sus inquietudes. La reducción en los casos de acoso escolar y la menor necesidad de activación de recursos reflejan que estas estrategias están logrando resultados. Sin embargo, el trabajo debe ser continuo, ya que el cambio cultural y la sensibilización sobre el acoso requieren de un esfuerzo por parte de todos, promoviendo una educación basada en el respeto y la dignidad.
Este viernes se publicó el listado definitivo de la Convocatoria de ayudas destinada a promover agrupaciones de centros educativos públicos, todos ellos de diferentes comunidades o ciudades autónomas, mediante la realización y puesta en práctica de proyectos comunes que favorezcan la sostenibilidad, la educación inclusiva y la innovación educativa.
Nuestro centro ha sido admitido en este proyecto junto a tres centros de la Península , el CEIP MIGUEL DE CERVANTES de MEJORADA DEL CAMPO (MADRID), el CEIP CAMPO CHARRO de SALAMANCA y el IES SANTA LUCIA DEL TRAMPAL de ALCUÉSCAR (CÁCERES).
Nuestro proyecto, "En la onda", se desarrollará durante los cursos escolares 2024-2025 y 2025-2026.
En el mundo,
actualmente, hay muchísimos conflictos bélicos en activo, unos más
mediáticos que otros. Pero las consecuencias de estas guerras van
mucho más allá de la pérdida de vidas humanas, sino que las
consecuencias que tienen sobre nuestro planeta son inimaginables. El
6 de noviembre, la ONU nos invita a reflexionar sobre el impacto
devastador de los conflictos armados sobre el medio ambiente. La
naturaleza se convierte en una víctima invisible, donde los bosques
son arrasados, los ríos contaminados y la biodiversidad diezmada.
Sin embargo, aunque Canarias no ha vivido un conflicto bélico en su
territorio, nuestra realidad nos enfrenta a una versión diferente,
pero igualmente peligrosa, de este fenómeno.
Canarias es un
archipiélago único, con una biodiversidad extraordinaria y
ecosistemas delicados que no solo sostienen la vida de los que por
aquí habitamos, sino que también son un patrimonio natural
irreemplazable a nivel mundial. En Canarias tenemos espacios
naturales abandonados “a la buena de Dios” por no ser tan
mediáticos o turísticos. Uno de ellos es el espacio natural
protegido, “Las Charcas de San Lorenzo”, en Las Palmas de GC,
donde muchas aves migratorias hacían escala en estos humedales desde
el S XVII cuando el hombre construyó los estanques de barro que
servían para recoger agua para los cultivos de la zona. En la
actualidad este espacio natural se ha convertido en una escombrera y
en un circuito de motocicletas y nuestros responsables políticos
mirando para otro lado.
El problema
medioambiental en las grandes ciudades no se soluciona creando
corredores verdes artificiales o bosques mediáticos que están
rodeados de asfalto por todos lados y que al final se terminan
secando. Recuperar entornos como Las Charcas de San Lorenzo es vital,
repoblando con especies autóctonas, rehabilitando los estanques de
barro y la arquitectura acuífera de la zona y facilitando un entorno
en el que las aves puedan volver a nidificar en la zona y propiciando
que los escolares, no solo de nuestro municipio sino de toda
Canarias, así como asociaciones, colectivos y grupos de personas en
general, tengan un lugar donde puedan conocer y disfrutar de un
espacio natural único en una gran ciudad.
Pero lo único que
vemos es que las medidas que se toman en la ciudad son solo las de
construir más y más viviendas (a costa de espacios como este),
campos de fútbol, carriles bicis y metroguagua a costa de perder
espacios verdes para la ciudad.
Ecosistemas frágiles
como Las Charcas de San Lorenzo o las Dunas de Maspalomas, se
enfrentan a una presión humana constante que, si no se gestionan con
cabeza y cordura, pueden considerarse un "conflicto ambiental".
La expansión urbanística, el turismo masivo, y la sobreexplotación
de los recursos naturales son realidades que, día a día, erosionan
las bases ecológicas de nuestro patrimonio natural, construyendo
edificaciones en barrancos y cercanas al litoral sin pensar en que
algún día pueda venir una catástrofe como la que sufrieron miles
de personas la semana pasada en Valencia.
En regiones del
mundo donde la guerra es una realidad, el acceso al agua potable,
tierras fértiles y recursos minerales puede ser motivo de conflicto.
Aquí, en Canarias, aunque no sufrimos las secuelas de un conflicto
armado, los recursos son igualmente limitados y disputados. La crisis
del agua, los retos del cambio climático y la necesidad de gestionar
el turismo de manera sostenible son algunos de los "conflictos"
a los que nos enfrentamos cada día en nuestra tierra.
El cambio climático,
un factor agravante en los conflictos bélicos, también es un
desafío cada vez más presente en nuestras islas. El aumento del
nivel del mar, el deterioro de las costas y la amenaza a especies
endémicas son señales de alerta que nos invitan a actuar. Tal como
la ONU trabaja para mitigar los efectos de la guerra en el medio
ambiente, debemos proteger Canarias de las amenazas ambientales que
se derivan de nuestras propias decisiones.
La educación y la
sensibilización son herramientas poderosas. En los lugares
devastados por la guerra, la educación ambiental es clave para la
recuperación. Aquí, en Canarias, es vital enseñar a nuestros
jóvenes el valor de nuestro patrimonio natural y la importancia de
defenderlo. Debemos fomentar el respeto hacia nuestro entorno desde
las escuelas, pero también inspirar a los adultos y sobre todo a los
dirigentes, a adoptar prácticas civilizadas de conservación de la
naturaleza y de nuestros recursos naturales.
En nuestro cole y desde el área de Igualdad, tratamos de dar voz a las mujeres de nuestro barrio. Y qué mejor que recordando y poniendo en valor nuestras tradiciones. En esta ocasión hablamos del Día de los Finaos. No se lo pierdan.
En nuestro cole, y concretamente en el programa "El Guachinche" de esta semana tratamos el Día de Finaos. El programa que dirige Eva Guillén contó con la intervención de Joshua Ojeda, asesor musical de varios programas televisivos, entre ellos Tenderete, que nos habló de las distintas tradiciones que giran en torno a este día. También estuvo la profesora de la ULPGC Yaiza Santana doctora de Filología Hispánica, Investigadora del Instituto Universitario de Análisis y Aplicaciones Textuales de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (IATEXT), miembro del Grupo de Innovación-7 de la Universidad de Las Palmas Gran Canaria y del Grupo GIE 07 ULPGC: Generación de Recursos Didácticos para la Renovación Metodológica según el EEES). No se pierdan este bonito y emotivo programa.
En los últimos años, el auge de Halloween ha conquistado gran parte de las celebraciones de la víspera de Todos los Santos, lo que ha generado un debate sobre la preservación de nuestras tradiciones, en este caso, los Finaos o Finados en Canarias. En este contexto, es importante reflexionar sobre el valor de nuestras costumbres, las cuales forman parte del patrimonio cultural y la identidad de nuestro pueblo.
La palabra "finaos" proviene del término "finados", que significa "difuntos" o "aquellos que han fallecido". Esta tradición tiene sus raíces en la celebración católica de Todos los Santos y el Día de los Difuntos (1 y 2 de noviembre), fechas dedicadas a recordar y honrar a las personas fallecidas. En Canarias, como en muchos otros rincones de España y el mundo, estas festividades eran un momento de recogimiento familiar y de respeto a los antepasados.
Los Finaos, en particular, constituían una ocasión para reunirnos en torno a la memoria de los seres queridos que ya no estaban. En Tamaraceite, como en tantos otros pueblos, al anochecer del 1 de noviembre, las campanas de las iglesias sonaban para recordar a los difuntos. Este sonido impregnaba el ambiente de recogimiento y reflexión. Las familias canarias se reunían en torno a la lumbre o en las casas, compartiendo historias sobre los que se habían ido, mientras comían frutos secos como nueces, almendras y castañas, que son típicos de esta fecha. También era común comer higos pasados y beber anís o ron miel. Los vecinos también solían intercambiar comida, lo que fortalecía los lazos entre los vecinos. Los chiquillos éramos parte activa en este día de los Finaos, ya que íbamos de casa en casa, la víspera, el Día de Todos Los Santos, tocando por las casas con unas taleguitas de tela. Cuando nos abrían la puerta, preguntábamos: "¿hay santos?", si nos respondían afirmativamente ponían en las talegas castañas, almendras, nueces o higos pasados, y algún que otro dulce, sí había. Al final, los compartíamos con nuestra familia cuando nos reunían para la celebración. Y durante esa semana era obligatorio ir al cementerio, niños y mayores, a enramar a los difuntos y ponerle velas a las ánimas. Esta era una forma simbólica de mantener viva su memoria y de entender la muerte como parte natural de la vida, en un ambiente íntimo y comunitario.
En algunos pueblos, se organizaban procesiones o recorridos por las calles cantando los “ranchos de ánimas”, cantos religiosos que se interpretaban para rogar por las almas de los difuntos. Estos ranchos están documentados en varias islas, especialmente en Gran Canaria y Lanzarote. Estaba formado por un grupo de hombres y dirigido por el “ranchero Mayor”. Para honrar a los difuntos. iban por las calles cantando y recogiendo dinero, que luego entregaban al cura para la celebración de misas por las ánimas. Desde esta fecha y durante dos o tres meses se reúnen en distintos lugares para entonar sus endechas –en octosílabos- y coplas en hexasílabos, dedicados a temas tan variados como las ánimas, sobre un difunto en particular, milagros o historias de santos.
Si bien la globalización y la influencia cultural de otras regiones, como Estados Unidos, han traído consigo celebraciones como Halloween, resulta esencial no olvidar nuestras propias tradiciones. Halloween, con su enfoque en el miedo y lo festivo, es indudablemente una celebración atractiva para muchos niños y jóvenes, pero corre el riesgo de eclipsar nuestras tradiciones.
Los Finaos nos conectan con nuestras raíces, con nuestra historia y con una visión más íntima y espiritual de la muerte y la vida. Recuperar y mantener esta tradición no implica rechazar Halloween de plano, sino reafirmar el valor de lo nuestro en un mundo globalizado. En lugar de ver ambas festividades como opuestas, podrían convivir, otorgándole a cada una su espacio adecuado. Mientras Halloween puede ser una celebración lúdica y moderna, los Finaos ofrecen una oportunidad para la reflexión y el recuerdo, valores que no deberían perderse.
La escuela juega un papel crucial en la preservación de tradiciones como la de los Finaos, ya que, a través de la educación, podemos transmitir valores y costumbres que forman parte de nuestra identidad cultural de Canarias. Incluir actividades relacionadas con los Finaos en el aula, ayuda a que los niños y jóvenes comprendan y valoren esta parte de su patrimonio. Así, nuestro alumnado no solo conoce Halloween, que tiene un atractivo evidente, sino que también aprende a apreciar una tradición que conecta a las familias y los pueblos con sus ancestros y que invita a una reflexión profunda sobre el ciclo de la vida. En este sentido, la escuela actúa como puente entre el pasado y el presente, promoviendo el respeto y el sentido de pertenencia a la cultura popular canaria.
En definitiva, mientras Halloween sigue ganando terreno por su componente más comercial y festivo, es muy importante que en Canarias no dejemos que desaparezcan tradiciones tan arraigadas como los Finaos. Recordar a nuestros difuntos de una manera sencilla y familiar nos permite no solo mantener viva la memoria de quienes ya no están, sino también fortalecer nuestro sentido de identidad y pertenencia como canarios. Al final, lo que está en juego no es solo una tradición más, sino un puente entre nuestro pasado y nuestro presente, un reflejo de lo que somos como pueblo.
Próximamente dará comienzo la campaña de vacunación contra la gripe en Canarias. Esta campaña incluye la vacunación de los menores de 3 y 4 años, siempre que las familias así lo decidan. La vacuna intranasal se llevará a cabo en los centros educativos para los dos primeros cursos del segundo ciclo de Educación Infantil (3 y 4 años). La participación en esta campaña es voluntaria y está sujeta a la decisión de los progenitores. ¡Participa!
La vacunación se realizará en colaboración con el centro de salud municipal, garantizando que todo el alumnado que lo desee tenga acceso a la misma. Además, contaremos con personal sanitario especializado para administrar las dosis correspondientes. Para proceder con la vacunación, es necesario que las familias firmen el consentimiento, y en el caso de aquellos que sean asegurados por mutualistas, deberán completar un consentimiento adicional.
Anoche recibí en Tenoya el Premio Tasate por la defensa del patrimonio, una iniciativa impulsada por la Asociación Cultural Tasate que reconoce la labor de ciudadanos, colectivos e instituciones comprometidos con la conservación y defensa del patrimonio histórico, artístico, cultural y natural de Canarias, con especial énfasis en Las Palmas de Gran Canaria.
La gala celebró la entrega de premios en nueve categorías, además de un galardón extraordinario. En el apartado literario, el premio fue otorgado al editor Jorge Liria; en escultura, al artista Manuel González; en artes escénicas, al coreógrafo y bailarín Jaime Santana; en arqueología, a El Museo Canario, el periodista Tomás Galván en comunicación patrimonial, el investigador Bernabé Quintana, , en investigación patrimonial, y la Casa de Colón en la categoría de preservación del patrimonio. El galardón extraordinario fue para la la Revista BienMeSabe, con la que tengo el gusto de colaborar, que celebra su 20 aniversario, por su destacada contribución a la divulgación de la cultura popular canaria.
La gala fue conducida por la periodista Xaila Falcón y contó con la participación del cantante moganero Pedro Manuel Afonso.
Muchas gracias a Asociación Cultural Tasate y a su presidente Yeray Castellano por concederme este hermoso reconocimeinto.
Hoy 24 de octubre celebramos el Día de las Bibliotecas, una fecha para reflexionar sobre la importancia de estos espacios como pilares del conocimiento y la cultura. Es un día en el que rendimos homenaje a las bibliotecas, tanto las escolares como las públicas y las universitarias, que desempeñan un papel crucial en nuestra sociedad como fuentes de saber.
El lema de este año, "Por un futuro sostenible", pone en valor el papel fundamental que desempeñan las bibliotecas en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, contribuyendo a construir una sociedad cada vez mejor informada, más igualitaria, solidaria y justa, plenamente consciente de la necesidad de llevar un modo de vida sostenible como compromiso con las generaciones futuras.
En este contexto, quisiera destacar especialmente la labor de la Biblioteca Universitaria de Las Palmas de Gran Canaria, que no solo alberga un vasto y valioso fondo bibliográfico, sino que también facilita el acceso al conocimiento a miles de estudiantes, investigadores y docentes. Su esfuerzo por crear un entorno accesible y moderno es un ejemplo de cómo las bibliotecas pueden adaptarse a los nuevos tiempos, fomentando el aprendizaje colaborativo, el uso de recursos digitales y el acceso inclusivo a la información.
En esta misma línea, es esencial resaltar el trabajo de las bibliotecas escolares, que desde la escuela siembran en los niños el amor por la lectura y el conocimiento. En el CEIP Los Giles, hemos adoptado una experiencia innovadora y creativa con nuestra biblioteca abierta, un espacio accesible, sin puertas, donde el alumnado tiene la libertad de entrar y salir en cualquier momento. Este enfoque promueve una relación mucho más dinámica y espontánea con los libros, invitando al alumnado a hacer de la biblioteca un lugar de encuentro continuo con la curiosidad y el aprendizaje, en un lugar en el que los libros no están encerrados, sino que están siempre al alcance, esperando ser descubiertos.
Y aunque pueda parecer distante, el legado de Benito Pérez Galdós también tiene una resonancia con las preocupaciones actuales por la sostenibilidad. Galdós fue un escritor que supo observar y retratar a la sociedad en su conjunto, mostrando cómo los seres humanos interactúan con su entorno, ya sea urbano o rural. En novelas como "Fortunata y Jacinta", el autor pinta con gran detalle los espacios urbanos, mostrando las transformaciones de la ciudad y el impacto que los cambios sociales tienen en el medio que la rodea. Su obra nos invita a reflexionar sobre cómo nuestras acciones individuales y colectivas afectan al entorno en el que vivimos, una reflexión que hoy podemos trasladar a la necesidad de cuidar nuestro planeta y fomentar un desarrollo más sostenible.
Galdós fue, en su tiempo, un cronista de la realidad, alguien que nos mostró cómo la sociedad se construye, se transforma y, a menudo, degrada sus propios recursos, ya sean humanos o naturales. Aunque no utilizaba el término sostenibilidad, su mirada crítica hacia las desigualdades y la forma en que los más vulnerables sufren por las decisiones de unos pocos, puede extrapolarse al contexto actual: el reto de preservar los recursos naturales y asegurar un futuro sostenible para todos.
En definitiva, las bibliotecas no son solo lugares donde se almacenan libros, sino espacios vivos donde se forja el futuro sostenible de nuestro planeta. Celebremos el gran trabajo que realizan estas instituciones y sus profesionales, desde la universidad hasta las escuelas, que nos brindan acceso al conocimiento y, sobre todo, a la oportunidad de ser mejores ciudadanos cada día.
Cada 17 de octubre conmemoramos el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, un recordatorio de que la lucha contra la pobreza extrema es una responsabilidad de todos y cada uno de nosotros. Esta fecha tiene su origen en un emotivo encuentro en 1987, cuando cientos de miles de personas se congregaron en la plaza del Trocadero en París. Allí, ante las placas que rinden homenaje a la Declaración Universal de Derechos Humanos, se proclamó que la pobreza es una violación de los derechos humanos y se hizo una llamada a unir esfuerzos para garantizar su cumplimiento.
Desde entonces, cada año, personas de diferentes orígenes, creencias y condiciones sociales se reúnen en este emblemático lugar para renovar su compromiso con quienes sufren las consecuencias de la pobreza. Pero, ¿qué podemos hacer cada uno de nosotros para contribuir a esta causa?
Las cifras que nos aportan las organizaciones internacionales nos dicen que en el año 2030 habrá cerca de 600 millones de personas que vivan en la pobreza extrema. Cifras muy alejadas de los objetivos que el mundo se planteó conseguir en el año 2030 con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
La erradicación de la pobreza no requiere esperar a que seamos multimillonarios ni depender de la suerte de que nos toque un pellizco en la lotería. Cada pequeña acción cuenta, y todos podemos hacer algo. Desde donaciones económicas hasta el voluntariado, nuestra contribución pueden hacer que un proyecto pueda mantenerse, aunque no lo creamos.
Un ejemplo inspirador es el de un amigo recién jubilado que, lleno de entusiasmo, ha decidido dedicar parte de su tiempo a ayudar en el Banco de Alimentos. Durante dos días a la semana, se convierte en un pilar de apoyo para aquellos que más lo necesitan. O el caso de otra compañera que dedica su tiempo a colaborar con Cáritas parroquiales de mi barrio, en la mejora de sus vecinos más cercanos. Este tipo de compromiso, que antes les resultaba difícil por su trabajo, ahora se ha convertido en una fuente de satisfacción personal.
Además, existen numerosas asociaciones y organizaciones no gubernamentales que están trabajando incansablemente para erradicar la pobreza en España y en el mundo. Cada uno de nosotros puede buscar la forma de involucrarse, ya sea a través de donaciones, campañas de sensibilización o simplemente compartiendo información sobre estas iniciativas.
Uno de esos proyectos es "Educación para Todos" que se implementa en San Juan, un distrito rural de Perú con altas tasas de pobreza y analfabetismo. Su objetivo es mejorar el acceso y la calidad de la educación para niños y adolescentes, promoviendo la inclusión y la equidad.
En España, según el informe “Iluminando el Futuro”de Save The Children, 1 de cada 3 niños vive en riesgo de pobreza o exclusión social, y existen tasas de repetición, abandono, fracaso escolar y absentismo alarmantes. Según esta ONG uno de cada tres estudiantes a los 15 años ha repetido al menos una vez curso; alrededor del 30% de los estudiantes de secundaria no obtiene el graduado de la ESO y la tasa de abandono escolar temprano (23,5%) casi duplica a la media europea (12%).
El Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza no solo es una fecha para recordar; es una llamada a la acción. No podemos esperar a que sean los Gobiernos los que solucionen este grave problema. Si cada uno de nosotros aporta un poco de tiempo, dinero o esfuerzo, podemos contribuir a transformar la realidad de aquellos que se enfrentan cada día a la pobreza en nuestro entorno más cercano. La solidaridad comienza con pequeños pasos, y juntos podemos construir un futuro más justo y equitativo.
Concluyo con esta frase de Malala Yousafzai: "Un niño, un maestro, un libro y un lápiz pueden cambiar el mundo." Una cita que subraya el poder transformador de la educación en la lucha contra la pobreza y la construcción de un futuro mejor.