¿Cuántas veces has fruncido el ceño y apretado las mandíbulas hoy? A lo mejor ni siquiera lo haces de forma consciente, pero es una representación física del estrés. ¿Vas a seguir haciéndolo cuando llegues a casa? Para ayudarte a que la respuesta sea un rotundo no, te damos algunos consejos para dejar el estrés en la oficina.
La vida personal y la esfera profesional son dos aspectos fundamentales de la existencia. A veces, sentimos que damos más peso del que nos gustaría a uno de ellos, generalmente, al trabajo. Y entonces, queremos defender las fronteras de la vida privada para que el trabajo no las invada. Pero ¿sabemos cómo hacerlo?
Los rituales de separación –de los que habla Paolo Cesco, entrenador personal en manejo de estrés y bienestar– son técnicas para separar vida personal y vida profesional. Se trata de pequeñas acciones que mandan a nuestro cuerpo el mensaje de que, por ese día, el tiempo de trabajo termina y empieza el de la vida privada.
Lo importante es que se repitan a diario, que encarnen la separación de ambas esferas, y que tu percepción personal sobre ellos sea importante.
He aquí 3 claros ejemplos:
• Cambiarse de ropa nada más llegar a casa.
• Escuchar una determinada música de vuelta a casa.
• Hacer una lista de los objetivos cumplidos del día y los pendientes para el día siguiente.
Pequeños (y fáciles) ejercicios de relajación
Si necesitas ir un paso más allá para dejar de darle vueltas a ese asunto que te preocupa, prueba con sencillos ejercicios de relajación y conviértelos en un hábito:
• No digas que no tienes tiempo. Bastan 15 minutos al día.
• Busca un sitio cómodo y tranquilo, aislándote de lo que hay a tu alrededor. Mejor si puedes lograr que nadie te interrumpa.
• Cierra los ojos, relájalos, y libera tu mandíbula.
• Respira profundamente. Centra tu atención en las sensaciones del proceso de inspiración – expiración.
• Visualiza un lugar donde te sientas en paz, como una playa. Puede ayudarte reproduciendo un sonido similar al de las olas del mar durante la expiración. Si lo prefieres, puede ser cualquier otro paisaje.
• No tengas prisa, disfruta del momento.
• Vuelve lentamente a la realidad, abriendo los ojos poco a poco, sin tensión, y haciendo los gestos que necesites para regresar al presente.
Fuente: http://www.edenred.es/
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