Por Esteban G. Santana Cabrera |
La tecnología está tan
presente en nuestras vidas que parece que siempre ha estado con nosotros. Mis
hijos, de siete y ocho años no han vivido otra cosa que en un mundo
tecnológico, controlado por máquinas y aparatos electrónicos y donde la
información de un lado a otro del mundo es inmediata. Para ellos es difícil comprender que antes no había televisión ni teléfono y que el simple hecho de
hablar con sus primos a través de Skype, donde se pueden ver y hablar en
directo con solo apretar un botón del ipad o el teléfono, algunos años atrás era poco menos que
impensable. Los avances tecnológicos llevan consigo un desarrollo de los medios
de información, por lo tanto una sociedad como la nuestra necesita una
educación actualizada a los tiempos que vivimos, con medios tecnológicos
adecuados, pero sobre todo, con la preparación actualizada del profesorado.
Todavía nos encontramos a muchos docentes en nuestros centros educativos que
son reticentes a utilizar las tecnologías de la información y la comunicación
en el aula, bien porque no creen en su utilidad, bien porque son
"analfabetos digitales". A todos se nos ha dado el caso en más de una
ocasión, que son nuestros propios hijos o alumnos los que nos solucionan
problemas técnicos con el móvil, tableta u ordenador. O son los que en muchas
ocasiones nos indican los pasos a seguir a la hora de usar o descargar
cualquier programa. Partiendo de esto, lo que está claro es que no podemos dar
la espalda a la realidad y la educación del Siglo XXI tiene que ir en
consonancia con la sociedad del S. XXI.
La UNESCO en su
Programa de formación en alfabetización mediática e informacional destinado a
los docentes habla de la alfabetización mediática e informacional, que une
diferentes disciplinas que hasta ahora estaban separadas. La alfabetización
mediática e informacional, según recoge este programa de la UNESCO, "trata
de dotar a los ciudadanos de los conocimientos básicos sobre el papel de los
medios de comunicación y los dispositivos de información en las sociedades
democráticas, siempre que esa función esté correctamente desempeñada y los
ciudadanos puedan evaluar de forma crítica la calidad de los contenidos que se
transmiten. Además, la alfabetización mediática e informacional abarca un
conjunto de competencias y conocimientos esenciales para los ciudadanos del siglo
XXI: les dará, en efecto, la posibilidad de participar en el sistema mediático,
desarrollar su espíritu crítico y adquirir conocimientos a lo largo de la vida
para participar en el desarrollo de la sociedad y convertirse en ciudadanos
activos".
Está muy de moda la
enseñanza virtual o educación virtual
que son las enseñanzas en las que los estudiantes participan en un entorno digital donde llevan a cabo su
formación tutorizados online. En esta
línea están los MOOC o cursos abiertos y masivos online, donde instituciones
públicas y privadas, sobre todo universidades, diseñan cursos masivos donde
participan miles y miles de estudiantes de distintas partes del mundo. También
están los cursos online, entre otros, donde se tiene un trato más personificado,
con tutores con los que puedes interactuar.
Lo que está claro es
que los entornos de aprendizaje están cambiando a pasos agigantados. Esto nos
lleva a plantearnos la siguiente pregunta: ¿estará llegando el final del centro
educativo tal y como lo conocemos en la actualidad? No debemos olvidar que la
principal función del docente debe ser la de hacer de guía y acompañante del
alumnado en el proceso de enseñanza aprendizaje. Al docente no lo podrá
sustituir ni la enseñanza virtual ni los grandes avances de la tecnología en
materia educativa. Por ello pienso que en esta sociedad de la información y las
TIC, la formación hay que humanizarla,
hacerla cercana al consumidor, de la información y la formación, y esto no hay
máquina que pueda suplirlo.
La escuela debe estar
abierta a los cambios que la sociedad de la información y la comunicación nos
está ofreciendo día a día. Aquí juegan un papel relevante las redes sociales
que también se están haciendo un hueco, no solo como visibilizadora de los
proyectos que se desarrollan en los centros sino como una manera de compartir y
obtener información de otros centros y tener un feedback actualizado de lo que
estamos haciendo en las aulas.
Finalizo con el
Artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos que afirma: “Todo
individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho
incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y
recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de
fronteras, por cualquier medio de expresión”. Por ello, y así lo contempla la
UNESCO, la alfabetización mediática e
informacional es fundamental para permitir a los pueblos de todo el mundo
valerse de este derecho fundamental y fomentar el diálogo social.
No hay comentarios:
Publicar un comentario