En este último tramo del trimestre tocamos de pasada el teatro como recurso educativo aprovechando la época navideña, no solo para mejorar la competencia comunicativa donde abarcamos los componentes lingüísticos en sus diversas dimensiones: léxica, gramatical, semántica, fonológica, ortográfica y la ortoépica, entendida esta como la articulación correcta del sonido a partir de la representación gráfica de la lengua, sino que esta experiencia nos sirvió además en el aspecto pedagógico de la co-construcción del conocimiento, fomentando el aprendizaje cooperativo y colaborativo entre el alumnado, donde cada uno tenía un rol determinado (realizador, directora, actor, actriz, editor, etc.).
Este aspecto incide muy especialmente en la creación del sentimiento de grupo, desarrollándose ciertas capacidades afectivas (Arroyo, 2003):
o Valorar el resultado del esfuerzo y del trabajo personal y colectivo.
o Estimular y ponderar la aportación de cada uno al grupo.
o Contribuir a la creación de un clima de cordialidad, sinceridad y afecto.
o Valorar las actuaciones y los aciertos propios y del grupo
Los alumnos trabajan en equipo siendo ellos los verdaderos protagonistas de su aprendizaje y, del mismo modo, forman parte del TPR (Total Physical Response), ya que incluye una parte importante de
actividad motriz que facilita la memorística.
Por último, el teatro incluye dentro de la competencia en comunicación lingüística un componente personal donde interviene: la actitud, la motivación y los rasgos de personalidad. Tres rasgos escenciales que le dan al teatro esa potencialidad que la hace atractiva para nuestro alumnado.
Espero que les guste.
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