viernes, 9 de mayo de 2014

Cómo empezar a trabajar de manera cooperativa

Una compañera malagueña, Luisa Lozano, me ha escrito para preguntarme cómo empezar a utilizar el aprendizaje cooperativo en sus clases con tres grupos de primero de ESO a los que aún no conoce. Vamos a intentar responder a su pregunta con cinco puntos más ene.
Punto uno: estudia Aprendizaje Cooperativo.
Puede parece una tontería, pero lo primero debería ser leer sobre aprendizaje cooperativo. No es fácil incorporar totalmente el aprendizaje cooperativo si no lo hemos estudiado ni lo hemos probado anteriormente: el aprendizaje cooperativo supone crear y utilizar distintos agrupamientos de una manera cuidadosa y atendiendo a ciertos principios (interdependencia, interacción, responsabilidad individual y hacia el grupo, promoción de las relaciones interpersonales, evaluación constante del funcionamiento del grupo, etc.), que se deben conocer antes de poner en práctica la técnica.
En la sección “Aprender Juntos” de METECO tenemos algunas lecturas y enlaces para empezar a leer.
Punto dos: trabaja las relaciones interpersonales.
Todo educador debería preocuparse por las relaciones interpersonales en la clase donde trabaje; mejorar éstas es beneficioso tanto si se utiliza el aprendizaje cooperativo como si se usan estructuras competitivas o individualistas.
Comenzar por las relaciones interpersonales consiste en favorecer que los estudiantes se conozcan – si son de primero de ESO pueden provenir de distintos centros de E. Primaria -, desarrollen conductas y actitudes pro-sociales, aprendan a estar juntos antes de aprender juntos. Este tipo de actividades no son una pérdida de tiempo para ninguna de las áreas de conocimiento pero en algunas pueden ser especialmente interesantes, como por ejemplo para la enseñanza de idiomas.
En la web chicosygrandes.com he encontrado muchas dinámicas de grupo que nos pueden servir.
Punto tres: comienza con parejas, pasa a cuartetos, acaba con sextetos.
Uno de los factores de fracaso más frecuentes cuando se pretende trabajar con aprendizaje cooperativo es querer trabajar con grupos numerosos desde el primer día. No suele funcionar: es mejor “crecer” gradualmente; la máxima a seguir es que el tamaño de los grupos depende de la experiencia en trabajo en grupo y la dificultad de la tarea a realizar.
Punto cuatro: define las funciones de los miembros de los grupos con total claridad.
El aprendizaje cooperativo exige responsabilidad individual dentro del grupo, hacia uno mismo y hacia los otros miembros del grupo. Si no se definen las funciones de cada uno con claridad, es posible que uno asuma la tarea de varios, lo cual es perjudicial para el que trabaja y, sobre todo, para los que no trabajan.
Punto cinco: planifica cuidadosamente cada sesión.
Debemos planificar – y comunicar con claridad – los objetivos de cada sesión y cada actividad, los tipos de agrupamientos, los materiales que utilizarán y los métodos y criterios de evaluación. Las instrucciones tienen que ser muy claras y precisas, sobre todo si es una actividad larga.
Punto ncoopera con tus compañeras y compañeros
¿Por qué tiene el profesor que estar sólo en el aula? Si colaboramos con otros adultos (docentes, padres y madres, familiares, estudiantes de universidad, voluntarios) podremos atender mejor a los grupos, cubrir sus necesidades más satisfactoriamente y, además, predicar con el ejemplo, lo cual suele ayudar a ser convincente.
Evidentemente, aún quedan cosas por escribir, pero estos primeros puntos nos dan una pista del tipo de cosas que podemos hacer para poner en funcionamiento unas clases cooperativas.
Y ya sabes, si eres un “profe cooperativo”, escribe un comentario contándonos tu experiencia.
Saludos


Fuente: fernandotrujillo.es

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