Por Esteban G. Santana Cabrera |
Esta semana nuestra Consejera de Educación Universidades Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias, María José Guerra Palmero, escribió una carta dirigida a las familias para tranquilizarlas ante este hecho inédito que estamos viviendo, palabras que como padre le agradezco enormemente. No obstante Señora Consejera, como docente creo que tenemos que reflexionar ante varios hechos, que usted nombra en su carta de ayer.
Una de las consecuencias de esta pandemia internacional es el cambio de hábitos de la humanidad y que como usted dice, ha llevado a nuestros niños y jóvenes a la imposibilidad de ir a la escuela, a no poder realizar actividades deportivas al aire libre, a no poder jugar en parques, ni reunirse con otros niños y niñas. Sin duda que esto es un gran problema, y no tenemos ni los medios ni la formación ni como docente ni como padres para poder afrontarlo.
Hace dos años proponíamos algunos docentes canarios lo que ya hacían centros educativos del norte de Europa, incluir asignaturas sobre los deportes electrónicos en nuestra programación extraescolar. Y esto no fue sacado de la manga sino porque diversos estudios e investigadores, psicólogos y docentes europeos nos hablaban del potencial educativo de los videojuegos, ya que permiten combinar el tradicional objetivo lúdico de este medio con una función pedagógica. ¿Qué hubiese ocurrido si nos hubiéramos puesto las pilas en ese momento? El panorama hubiese sido totalmente distinto.
Ahora con las medidas que se han tenido que tomar por el COVID19 comienzan las lamentaciones. Nos vemos que no tenemos herramientas a mano para trabajar la motricidad, las competencias, la inteligencia emocional, el trabajo en equipo desde casa y sobre todo los entornos educativos están obsoletos. Una plataforma EVAGD que no termina de arrancar, que no es nada atractiva y que te permite pocas posibilidades. Espero y deseo que usted, desde el papel privilegiado que tiene en la sociedad, y con la experiencia de estos días, pida a los políticos competentes y a las compañías liberalizar las redes porque, como usted bien dice, la conexión por internet se convierte en un servicio básico y de primera necesidad para que la continuidad de la educación sea una realidad.
Lo que está claro Señora Consejera es que en la Escuela del SXXI debemos ofrecer aprendizajes del S XXI, que permitan al alumnado moverse con eficacia en diferentes contextos y situaciones que le ayuden a adquirir un amplio repertorio motor transferible y perdurable a lo largo de la vida, según recoge nuestro currículo.
Señora Consejera, tenemos que mirar al futuro, sin mirar atrás, sin rencores y valorar que tenemos una herramienta educativa a nuestro alcance, muy significativa para el alumnado, que las tienen en casa y de las que algunos hacen un mal uso porque no están formados, ni ellos ni sus familias. Los videojuegos, en la escuela y en casa, podrían ser una herramienta genial en momentos como estos ya que nos dan la oportunidad de proponerle a nuestro alumnado no solo actividad física, sino además educar en literatura, matemáticas, salud, reflexionar sobre el sedentarismo y los efectos negativos de pasar horas y horas delante de un ordenador, permite que les acompañemos e instruyamos para que puedan llegar a desarrollar un plan de actividad física y donde se pueda complementar el uso del videojuego con la práctica de ejercicio.
Algunos docentes canarios nos “mojamos” hasta el cuello, con una personalidad del deporte como Miguelo Betancor , exárbitro internacional, olímpico y doctor de la Universidad de Las Palmas de GC al frente, donde propusimos pilotar, alfabetizar y, sobre todo, educar, aprovechando las nuevas tecnologías, concretamente con los videojuegos y nos tildaron de “locos” o de poco menos que estábamos llevando a nuestros pequeños por el mundo del vicio y el sedentarismo. Una cuestión que llegó al Parlamento y que llevó a la consejería anterior a retractarse de lo avanzado al respecto, donde había un proyecto muy interesante sobre el buen uso de los videojuegos en el aula.
Señora Consejera, nunca es tarde si la dicha es buena. Estamos ante un momento histórico e igual es el momento de “retomar” ese proyecto de alfabetización en videojuegos y empezar a prepararnos para cualquier imprevisto como este o similar en el futuro.
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