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sábado, 3 de septiembre de 2016

Cinco maneras diferentes de organizar el espacio del aula

Fuente: Aula Planeta

La organización del espacio de aprendizaje es un factor esencial a la hora de poner en práctica distintos métodos pedagógicos en clase. Sin embargo, la disposición del aula expositiva, en la que todos alumnos están sentados y aislados en su pupitre mirando a la pizarra, sigue siendo la norma en la enseñanza española. Aún son pocos los profesores y escuelas que se atreven a romper con esta distribución del espacio. Expertos como María Acaso, que aboga por la revolución educativa, ya reivindican aulas más amables, cómodas y flexibles; y profesores como César Bona, reinventan las aulas para dar respuesta a sus métodos pedagógicos. Otros ejemplos de espacios de enseñanza innovadores son las escuelas Vittra, en Suecia, o el Colegio Claver, de Jesuitas, en Lérida. Te mostramos cinco maneras de organizar el aula para ajustar el espacio a las necesidades de aprendizaje de tus alumnos.

CINCO CLAVES A LA HORA DE REDISEÑAR EL AULA

1. Ajustar la distribución del espacio a las necesidades de aprendizaje. La distribución de las mesas y de los espacios comunes debe responder a las actividades que se van a desarrollar en el aula, a la diversidad de los alumnos y a las funciones que queremos que se desarrollen en cada área. Así, la disposición de las mesas será distinta si se va a trabajar por proyectos, se quiere plantear un debate o se va a resolver un problema.
2. Crear espacios interactivos. Es decir, espacios que fomenten el aprendizaje colaborativo y la interacción entre alumnos. Donde los estudiantes puedan reflexionar, debatir, aprender apoyándose entre ellos, y enriquecerse de esta socialización.
3. Potenciar el valor del aula como espacio didáctico. El aula tiene que ser un espacio que enseña. Debe facilitar la presentación y exposición de trabajos, fomentar que los alumnos compartan y difundan sus ideas de distintas maneras (visual, oral, escrita…), invitar a que manipulen distintos objetos de aprendizaje de manera autónoma (libros, microscopio, inventos o proyectos…) y posibilitar que tengan contacto con la naturaleza, mediante el cuidado de plantas o animales en el aula.
4. Crear un espacio cómodo y agradable, de todos y para todos. El aula tiene que ser un espacio acogedor e inclusivo, del que todos los alumnos se sientan partícipes y creadores. Debe ser un espacio vivo y en construcción, que facilite la atención a la diversidad, estimule la creatividad y potencie las múltiples inteligencias y habilidades de los alumnos.
5. Favorecer el uso de las TIC. El aula debe estar preparada y adaptada para el uso de las TIC, de modo que los alumnos puedan desarrollar fácilmente la competencia digital y llevar a cabo tareas como la búsqueda de información en la red, la visualización de videos y recursos interactivos, la elaboración de materiales digitales o la presentación de trabajos mediante diapositivas y otras herramientas 2.0.

CINCO MANERAS DE DISPONER EL ESPACIO DEL AULA

Existen muchas maneras de organizar el espacio del aula, tantas como la creatividad del docente y las necesidades de los alumnos exijan. Destacamos cinco para Primaria y Secundaria:
1. En filas horizontales. Esta alternativa es útil si el profesor quiere mantener la atención de los alumnos durante una explicación o en una ronda de preguntas y respuestas, por ejemplo. Estimula la concentración de los alumnos y deja margen a cierta interactividad entre compañeros, pero no es adecuada si lo que se quiere es fomentar el aprendizaje colaborativo.
2. En forma de círculo o de U. Esta disposición permite que todos los alumnos estén situados en primera fila y puedan ver bien tanto al docente como al resto de sus compañeros. Es muy recomendable para realizar puestas en común y debates en el aula, a la vez que permite que los estudiantes trabajen de manera independiente en sus pupitres.
3. En grupos de cuatro o por parejas. Esta disposición es la más adecuada para trabajar por proyectos o de manera colaborativa, ya que facilita que los alumnos se comuniquen, intercambien ideas y compartan materiales. Además, fomenta la interacción social entre estudiantes. También puede servir para trabajar las inteligencias múltiples, encargando a cada grupo funciones distintas, por ejemplo. En esta página puedes consultar distintas maneras de organizar los grupos en clase.
4. En bloque. Este tipo de disposición, en la que los alumnos se sitúan muy juntos, es conveniente cuando el profesor desea que estén atentos a una proyección, una demostración o un experimento. Se recomienda con carácter temporal ya que, si no, puede dar lugar a problemas de disciplina.
En forma de pasillo. Esta distribución sitúa a los alumnos en dos hileras de pupitres enfrentadas, y un corredor entre ellas. El docente puede dirigir sus explicaciones a lo largo del pasillo, pero también invitar a la participación, y moderar debates o plantear juegos entre los dos equipos formados por las filas.
Cinco maneras diferentes de organizar el espacio del aula

viernes, 22 de julio de 2016

Un aula en condiciones óptimas mejora hasta un 25% el rendimiento de los alumnos

MARÍA JESÚS IBÁÑEZ / BARCELONA
Fuente: El periodico.com
Con el avance de la nueva escuela y la implantación de nuevos métodos pedagógicos en colegios e institutos, las aulas catalanas han empezado a eliminar filas de pupitres, tarimas y encerados. Desaparecen, poco a poco, las pizarras, la mesa para uso exclusivo del profesor y aquellos ordenadores situados al fondo de la clase. Para acabar con las poco polivalentes aulas actuales, el siguiente paso deberá ser la modificación de la iluminación, de los colores de las paredes, de los sistemas de climatización y hasta del número de enchufes por aula. Así lo constatan pedagogos y arquitectos, que subrayan que cada vez existen más evidencias científicas del efecto positivo que tiene la calidad del entorno educativo sobre los alumnos. Una de las investigaciones más recientes –y más exhaustivas también- es la que ha realizado launiversidad británica de Salford, que ha concluido que unasbuenas condiciones ambientales en el aula pueden mejorar en hasta un 25% el rendimiento escolar de los jóvenes.

Así son las nuevas aulas abiertas

aulas abiertas educación
CRISTINA CLAVEROL
Los investigadores han comprobado, tras analizar el comportamiento y los resultados de casi un millar de alumnos distribuidos en 34 aulas distintas de siete colegios del condado inglés de Blackpool, que “el color y la iluminación que predomina en la clase, la amplitud del espacio, un mobiliario cómodo y adaptado al aprendizaje, la existencia de zonas variadas donde desarrollar actividades pedagógicas y los espacios de conexión entre aula y aula (pasillos, puntos de encuentro) conforman el entorno de progreso más positivo”.
Una alumna pasa junto a un aula de segundo de ESO en el colegio de los Jesuitas del Clot, en Barcelona.

CALIDAD DEL AIRE

Otros factores, con menos relevancia en los resultados educativos son la sonorización(tanto el ruido exterior como la sonoridad interior), latemperatura ambiental, la calidad del aire y lo que los autores del estudio denominan textura (las vistas o paisajes que rodean el colegio y la calidad del patio), que se consideran elementos “de impacto general e universal para cualquier actividad humana”.
“Que un alumno pueda mejorar su rendimiento en un 25% solo introduciendo en las escuelas los elementos citados en esa investigación significa que, por ejemplo en el caso de la ESO, se podría incluso reducir un año la duración de esta etapa de cuatro cursos”, destaca Xavier Aragay, director general de la fundación que dirige las escuelas de los jesuitas en Catalunya y que ya ha transformado buena parte de sus colegios.

Si bibliotecas y museos han introducido cambios arquitectónicos para dar más protagonismo al usuario, ¿por qué las escuelas no ha hecho lo mismo?, preguntan los expertos

Entonces, “¿por qué, mientras en los últimos años han cambiado lasbibliotecas, los museos y otros equipamientos culturales, que han mejorado los espacios para dar más protagonismo al usuario, las escuelas no han hecho lo mismo?”, clama Jaume Carbonell, pedagogo y exdirector de la revista ‘Cuadernos de Pedagogía’. “Si en una vivienda es tan importante la luz natural, una buena distribución de los muebles y de las habitaciones, ¿por qué no lo es todavía en las escuelas?”, pregunta.
“Al cambiar los contenidos y los métodos didácticos, al transformarse las formas de trabajar de los alumnos, también los espacios escolares se tendrían que estar modificando”, reflexiona Carbonell. Solo algunos (muy pocos aún) lo han hecho.

PIEDRA ANGULAR DE LA INNOVACIÓN

Las nuevas aulas, indica el pedagogo -que en los últimos años ha visitado los colegios más innovadores de Catalunya (públicos y privados)- “son cada vez más grandes, con espacios con graderíasy con distribuciones que permiten agrupar a los estudiantes de modos distintos, según el tipo de actividad que se esté haciendo”. Latransformación del aula es, en su opinión (y con él coinciden prácticamente todos los expertos), “una de las piedras angulares de la renovación educativa”. En estas nuevas aulas, destaca Carbonell, “elprofesor ha dejado de ser el centro de atención al que obligatoriamente se dirigen las miradas de todos los alumnos. Ahora, la atención está en los estudiantes y es el profesor el que se va moviendo por el interior del aula, supervisando el trabajo del niño”, detalla.
Mientras el aula se va reorganizando, las escuelas van derribando tabiques. “El cambio de sistema en que se halla inmersa la enseñanza obliga a un cambio de espacios”, afirma Carles Francesch, arquitecto que se ha encargado de la transformación que están realizando las escuelas de los Jesuitas en Catalunya.

LABERINTO DE PASILLOS

En el colegio que la orden religiosa tiene en el barrio del Clot de Barcelona, por ejemplo, “ha desaparecido el antiguo laberinto de pasillos que había antes y se han abierto espacios de conexión, que aquí se llaman ágoras y que son puntos de encuentro”, explica Francesch. Los colores de los muros han mutado del viejo gris a los blancos y las gamas cromáticas más vivas, que se van atenuando a medida que los alumnos avanzan cursos. "En las aulas de la etapa infantil hemos utilizado colores más intensos, mientras que para los mayores hemos optado por un verde claro", muestra el arquitecto durante una visita a las instalaciones.
Aquí no hay aulas de música ni salas para hacer clases de refuerzo escolar, sino espacios polivalentes que, en lugar de tabiques de ladrillos tienen paredes de cristal. También han desaparecido los despachos y las salas para cada departamento. Los profesores desde este curso trabajan todos juntos en un gran espacio común, "lo que facilita, a su vez, el intercambio de información y de conocimientos entre los miembros del claustro", destaca Francesch.

De la escuela-cuartel a los colegios transparentes

La arquitectura escolar “es fruto de una época, de una manera de entender las relaciones entre adultos y niños y, por supuesto, de un modelo pedagógico”. “El edificio donde se ubica un colegio es uno de los componentes que mejor definen qué y cómo se aprende en esa escuela”, reflexiona el pedagogo Jaume Carbonell, sociólogo y pedagogo.
Desde la escuela-cuartel de los años del franquismo, “pasando por loscolegios religiosos de inspiración conventual y las denominadasacademias de piso” hasta las construcciones casi transparentes de la nueva oleada pedagógica, “la arquitectura escolar ha evolucionado tanto desde un punto de vista tecnológico como formal”, constata Carbonell.
Antes de llegar a esto, prosigue el especialista, existieron experiencias “muy interesantes” como las escuelas al aire libre inspiradas en la Escuela  Nueva de Adolphe Ferrière, que en Barcelona se concentraron en la escuela del Bosc (en 1914), en la del Mar y en la del Parc del Guinardó. “La idea era que el aprendizaje del alumno estuviera conectado con la playa o con los árboles”, explica.
Más tarde, llegaron los grupos escolares de la II República y del CENU (Consejo de la Escuela Unificada), “que renunciaban a las estructuras jerárquicas y disciplinarias” y que apostaron por una “escuela situada cerca de fábricas y talleres productivos”. “Eran colegios limpios, aireados, bien orientados y con amplios espacios en las aulas”. También en esos colegios, como ocurre ahora, “el mobiliario se modernizó y se sustituyó la tarima del maestro y el pupitre tradicional por mesas colectivas y espacios que permitían la movilidad del profesor”, detalla Carbonell.

lunes, 16 de mayo de 2016

Cómo innovar en el espacio del aula, por Alfredo Hernando

Educación 3.0

Muchos proyectos de innovación educativa nacen de la iniciativa de un profesor que ha rediseñado el espacio físico de su aula. Para empezar, y que no se dispare el presupuesto, es posible seguir una serie de sencillas pautas:
1. Ordena las mesas en equipos: es una de las primeras normas a seguir —las mesas en hilera han perdido su sentido—, ya que permite potenciar el aprendizaje cooperativo y colaborativo.
2. Las paredes son pizarras: apuesta por el vinilo adhesivo o por la pintura de efecto pizarra para extender las posibilidades de la pared y crear un gran espacio donde los alumnos pueden escribir, dibujar, proyectar, decorar.
3. Aprovecha todos los espacios: puedes dejar un hueco libre entre la nueva pizarra y el techo para poner frases optimistas, lemas escolares, las normas del aula diseñadas por los propios alumnos…
4. Abre una ventana digital: con una pantalla, una pizarra digital o una simple pared en la que se proyecte la dimensión digital del aula.
espacios5. Descentra el foco de atención: ponle ruedas a tu mesa y minimiza tu espacio; es importante moverse entre los alumnos y centrar el foco de aprendizaje sobre cada grupo y cada persona.
6. ‘Conquista’ los pasillos: se pueden organizar algunas actividades, como mostrar los trabajos de los alumnos, exposiciones…
7. Las ventanas también pintan: el alumnado puede utilizarlas para crear mapas mentales…
8. Crea tendederos: con finas cuerdas y unas pinzas para colgar imágenes y trabajos de los alumnos.
9. Cuida la iluminación: muchas aulas cuentan con luces fluorescentes que iluminan de forma no adecuada. La intensidad y el efecto lumínico mejoran cuando se cubren con sábanas o telas en tonos blancos o sepias muy claros.
10. Involucra a los alumnos en el proceso: puedes apoyarte en ‘Design for change’, una organización que da voz al alumno para que participe en esta nueva escuela del siglo XXI.
Alfredo Hernando es investigador y creador del proyecto escuela21.org
Esta tribuna de opinión se ha publicado en Educación 3.0, nº 17, invierno 2015, dentro del reportaje Colegios innovadores… sin salir de España. Para garantizar la recepción de la revista es necesario suscribirse: podéis hacerlo como centro o como particular llamando por teléfono (91 547 00 95) o a través de la página web.