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viernes, 27 de octubre de 2017

Las 10 reglas de oro para dar feedback a tus alumnos

Fuente: Javier Tourón Hemos hablado del feedback en este blog en diversos momentos que puedes rescatar desde aquí. Vuelvo sobre este asunto y, seguramente, no será la última vez que lo haga.

Inspirado en el trabajo de la Australian Society for Evidence Based  Teaching, he traducido y adaptado la tabla siguiente sobre los diez aspectos críticos a tener en cuenta cuando proporcionamos feedback a los alumnos, lo que debemos y no debemos hacer.

Ya sabemos que esta es una estrategia de gran eficacia demostrada por la investigación de modo reiterado, y que está unida a la evaluación formativa en particular. De hecho, la evaluación formativa dejaría de serlo sin el feedback. O dicho de otro modo, el objeto de la evaluación formativa es mostrar el progreso en el aprendizaje de los alumnos para poder ofrecerles las orientaciones oportunas que les lleve a mejorar sus resultados. Efectivamente son las dos caras de la misma moneda.

De hecho, si los profesores utilizasen el feedback de manera adecuada y frecuente, el rendimiento de los alumnos cambiaría de manera bien llamativa y sus logros estarían mucho más cerca de las expectativas.

Del mismo modo, los alumnos más capaces tendrían la posibilidad de mostrar su velocidad de aprendizaje, de manera que estarían mandando un mensaje claro a sus profesores ante la necesidad de una enseñanza y un trabajo escolar de mayor nivel de reto.

Hay multitud de herramientas para poner en marcha esta estrategia docente, ligada a la evaluación, como ya señalé aquí.

No dejes de revisar, si te parece oportuno, la entrada que se refiere al principio 6 de los 20 Principios Fundamentales de la APA que ya presenté cuando di cuenta de la edición española que hice en su día de los mismos.

Finalmente, para que esto no quede en una reflexión más o menos atractiva, os propongo esta tarea: registra en una hoja o dispositivo electrónico todas las observaciones de feedback que hayas dirigido a tus alumnos en un periodo de tiempo dado, por ejemplo una semana. Pide a tus colegas de departamento que hagan lo mismo. Luego discutidlas en una reunión de equipo docente o departamento para ver su adecuación o inadecuación a lo que va dicho. Puede ser interesante... ¡quizá te sorprendas!

martes, 2 de mayo de 2017

Cómo recoger feedback de tus alumnos para mejorar como profesor

Con cada curso online y presencial que imparto a profesores solicito a su conclusión una evaluación y un feedback de los asistentes con el objetivo de ayudarme a mejorar sus contenidos y refinar la forma de enseñar. En muchas ocasiones descubres necesidades específicas que te llevan a incluir más material o prácticas, que no hubieras imaginado como útiles para el alumno.
Herramientas feedback encuesta
En el diseño de un curso es muy importante siempre tener en mente las dificultades y las dudas frecuentes que va a tener el alumno que aprende una competencia por primera vez. Identificar y anticipar problemas de comprensión te ayuda a ofrecer la solución durante una lección y mejorar la experiencia de aprendizaje.
Especialmente en las primeras ediciones de un curso es complicado atinar a todas estas dificultades de forma anticipada. Recibir feedback me permite poder volver a ciertos vídeo tutoriales, documentos y actividades y modificar o ampliar ciertas partes mejorando su entendimiento para futuras ediciones.
Igualmente cuando identifico una pregunta recurrente sobre un tema, busco incorporarla en el material de estudio para que el alumno encuentre la respuesta dentro del flujo de aprendizaje rápidamente y pueda avanzar en la construcción de conocimientos sin necesitar de mi clarificación.
Aunque al principio puedes sentirte reticente a buscar la opinión de los alumnos por temor a la crítica, en mi experiencia es un proceso muy enriquecedor en el trabajo de un profesor. No todas las opiniones serán válidas y justificadas pero sin duda la evaluación continua te invita a una reflexión sincera para identificar debilidades y fortalezas.
Los comentarios de mis alumnos son, sin duda, la fuente de información más importante que aprovecho para mejorar la calidad de mis cursos, ya sea los materiales facilitados, el tempo, las actividades prácticas o metodologías utilizadas.
Al fin y al cabo no hemos de olvidar que son ellos, quienes mejor pueden juzgar el proceso de aprendizaje que han vivido. Con el paso del tiempo olvidas muchas veces las dudas comunes de todo principiante y asumes que tienen ciertos conocimientos previos, que son esenciales para la comprensión.
Existen diferentes estrategias y herramientas para recoger las opiniones y valoraciones de los alumnos en una asignatura o curso. Este feedback es recomendable también extenderse a los padres y a las madres para hacerles partícipes en la mejora educativa.

Formularios para obtener una retroalimentación en clase

Una manera de obtener la opinión de tus alumnos es solicitarles que al final de una clase completen de forma anónima un formulario con preguntas. La retroalimentación puede solicitarse al final del curso pero es mejor hacerlo durante el primer o segundo trimestre para poder identificar problemas y estar a tiempo de añadir cambios importantes.
Una de las herramientas que puedes usar para este propósito es Socrative oPolleverywhere. Al final de clase lanzas la encuesta de satisfacción y ellos pueden responder desde su ordenador, tablets o incluso móviles. Las respuestas pueden ser anónimas de manera que aseguras que sean sinceros y no tengan miedo a represalias.
Socrative y Polleverywhere permiten preparar las preguntas con antelación pero las respuestas al formulario se realizan en clase en tiempo real. Este factor te asegura un alto nivel de respuesta ya que asignas un espacio de tiempo en clase para que los alumnos respondan a la encuesta en ese momento. Los resultados van apareciendo en tu cuenta de forma inmediata pero quedan guardados para tu posterior revisión.
Si tus alumnos no disponen de tecnología en clase o son demasiado jóvenes para utilizarla o no existe una buena conexión a Internet en el centro, puedes probar otra herramienta llamada Plickers, que únicamente requiere que el profesor tenga un móvil o tablet para registrar las respuestas.
El tipo de preguntas a incluir en cualquier encuesta pueden ser una mezcla de valoraciones cuantitativas y respuestas abiertas, pero es importante que el enunciado de las mismas sea claro y aborde aquellas cuestiones en donde tienes especialmente dudas.
Si intuyes que un formato de lección o un contenido no funciona, pregunta este punto concreto a tus alumnos. Tendrás la oportunidad y una guía para transformar tus clases. Es importante preguntar con intención de escuchar y no responder o justificarse.
Cuando en la Academy TotemGuard empezamos a adjudicar insignias digitales en cursos online, tenía la duda si realmente motivaba al profesor a esforzarse para conseguir la siguiente o realmente no tenían efecto alguno. En el feedback vimos que el 90% de los profesores que respondieron, confirmaban que recibir insignias les había supuesto un nivel “alto” o “muy alto” de motivación.

Formularios para obtener una retroalimentación online

Si tu centro educativo utiliza una plataforma de e-learning como MoodleBlackBoard o Schoology, puedes llevar a cabo la encuesta usando los formularios online que incluyen ya estas herramientas.
Una vez finalizado el trimestre o semestre, haz visible la encuesta en la primera página de tu asignatura y avisa por email a tus alumnos de tu interés por conocer su opinión con un enlace web directo a las preguntas de la misma.
Las respuestas pueden ser completamente anónimas para su tranquilidad y verás este tipo de análisis:
encuesta_de_satisfacción_moodle
A pesar de que la encuesta puede estar disponible para hacerse en cualquier momento, en general el nivel de participación en encuestas online es inferior a una encuesta presencial ya que el alumno tiende a procrastinar y acaba olvidando responderla. Enviar varios recordatorios a los alumnos ayuda a mejorar el número de participantes.
En el caso que no utilices una plataforma de e-learning, puedes crear encuestas online con cualquiera de estas otras magníficas herramientas:
Los formularios de Google son la opción gratuita más rápida y fácil y cuentan con una gran variedad de plantillas que puedes personalizar con tus preguntas. Puedes organizar el formulario añadiendo encabezados y dividiéndolo en varias páginas, así como añadir una imagen o un vídeo dentro de tu encuesta.
Formulario_google_encuesta
Typeform es una original manera de crear encuestas que te cautivará enseguida por su atractivo y original resultado. Prueba con esta herramienta si deseas aumentar la participación online. Es muy sencillo de usar, pudiendo arrastrar y soltar en el formulario diferentes preguntas de cualquier estilo. Aunque existe una opción de pago, he usado en cursos la opción gratuita de forma totalmente satisfactoria.
Encuesta_typeform
SurveyMonkey es otra de las herramientas más conocidas para crear y enviar encuestas con facilidad. Las respuestas pueden recibirse tanto en tiempo real o publicarse online para su respuesta en casa. Destaca por su variedad en el tipo de preguntas y por su “lógica de exclusión”, que permite crear un camino personalizado para la encuesta que varía en función de las respuestas que van dando el alumno. De esta forma se evita que el alumno vea preguntas irrelevantes a su caso.
Estas tres herramientas te permiten insertar la encuesta en un blog o página web o compartir la encuesta a través de un enlace web que puedes hacer llegar a los alumnos por email.
Fuente: totemguard.com
Autora: Meritxell Viñas, asesora y formadora en nuevas tecnologías aplicadas a la educación.

jueves, 29 de septiembre de 2016

Feedback Educativo

Por Esteban G. Santana Cabrera
Feedback es una palabra del inglés que significa retroalimentación, o lo que es lo mismo, respuesta o reacción a algo que hemos realizado. ¿Es el feedback importante en el proceso de enseñanza aprendizaje? ¿Cómo podría definirse el concepto de feedback en el ámbito educativo?

En el artículo Retroalimentación Formativa para estudiantes de Educación a Distancia de los profesores Fernando Lozano y Laura Tamez , de la Universidad TEC Virtual de México, afirman que retroalimentar es una actividad clave en el proceso de enseñanza-aprendizaje del alumno, ya que implica darle información que le ayude a cumplir con los objetivos de aprendizaje. No es suficiente con decirle al alumno que su tarea está bien o mal, necesita un por qué.  En ese mismo artículo estos autores recogen la experiencia de Holmes y Papageorgiou (2009) que realizaron un estudio exploratorio cualitativo para conocer las expectativas, percepciones y usos de la retroalimentación en estudiantes de educación superior en el Reino Unido. A los estudiantes se les preguntó qué entendían por retroalimentación, a lo que respondieron que la consideran como mensajes escritos relacionados a la evaluación de una tarea. Los estudiantes comentaron que no recibían una retroalimentación formativa y que  les gustaría una retroalimentación que les ayudara a mejorar su aprendizaje y sus calificaciones.

Creo que el sentir de este alumnado es el sentir también del nuestro,  pero también el de los docentes en general. Cuando ponemos un examen a nuestros alumnos, en muchas ocasiones nos limitamos a marcarle en rojo dónde se ha equivocado. Esto que ocurre con las pruebas escritas, pasa también con cualquiera de otro tipo. Un aspirante a docente en una oposición,  cuando la ha finalizado, no se le dice en qué aspectos tiene que mejorar para ser mejor docente, y esto le ocurre tanto al que aprueba como al que suspende. Y qué decir entre compañeros, tanto entre alumnado como entre el profesorado. ¿Hacemos retroalimentación con nuestros compañeros para tratar de mejorar cada día en la práctica educativa? A buen seguro que en la mayoría de los casos responderemos que no, por falta de tiempo, pero en en muchos es por la falta de planificación y el no saber cómo hacerlo.

¿Qué es retroalimentar? ¿Sabemos los docentes retroalimentar a nuestro alumnado? ¿Los docentes sabemos retroalimentarnos entre nosotros? La retroalimentación  la definen los autores Hattie y Timperley, y así lo recoge el artículo citado al comienzo de este artículo, como la información que provee un agente como podría ser: un profesor, un compañero de equipo, un libro, uno mismo, sobre el desempeño  académico de una actividad de aprendizaje. Un profesor posee información profunda sobre el contenido del curso donde es tutor, o por lo menos eso es lo esperado, un compañero de equipo puede proveer una estrategia alternativa para desarrollar una tarea, un libro puede proveer información para clarificar ideas, un consejero puede asesorar al estudiante; así, el aprendiz puede revisar y considerar corregir para mejorar el aprendizaje. Retroalimentar, debería estar asociado a aprendizaje. De acuerdo con Hattie y Timperley (2007) la retroalimentación busca que el alumno o el profesorado se dé cuenta de la discrepancia que hay entre lo que comprendió y lo que debió haber comprendido, o cómo se ha desempeñado para cumplir con el objetivo de aprendizaje de cada actividad. Retroalimentar es una actividad de aprendizaje, es la acción en que el profesor-alumno proporciona al compañero-estudiante,  información para mejorar el proceso de aprendizaje. El tipo de retroalimentación enfocada a proveer información sobre el proceso llevado a cabo por el estudiante en la realización de una tarea, ya sea para aclarar un conocimiento o para adquirir una habilidad, se le denomina formativa. Shute (2008, citado por Jonsson, 2012) describe la retroalimentación formativa como la información comunicada por el profesor al estudiante que intenta modificar su pensamiento o su comportamiento para mejorar el aprendizaje. No es suficiente con proporcionar una calificación numérica, el estudiante espera información que le aporte algo que le ayude a comprender un conocimiento nuevo, que le lleve a saber algo más.

En la normativa canaria sobre la evaluación en la etapa de Educación Secundaria Obligatoria nos dice que será continua, formativa e integradora, así como diferenciada en las distintas materias; y en el Bachillerato que será continua, formativa y diferenciada, conforme a lo establecido en los artículos 28 y 40 del citado Decreto 315/2015. Intrínsecamente, según la normativa vigente,  la evaluación tiene que ir asociada a retroalimentación. Una evaluación que no lleve aparejada una retroalimentación se puede convertir en algo traumático y sin sentido para el alumnado, ya que le generará un estrés por conseguir aprobar el examen-prueba, sin más. Si a la evaluación le sumamos el feedback, tendremos un proceso de enseñanza aprendizaje mucho más rico tanto para el docente como para el discente, pero también y sobre todo entre profesionales.