domingo, 5 de enero de 2025

Sarito, un siglo de historia y emprendimiento en Tamaraceite

Por Esteban G. Santana Cabrera  

En la, hasta hace algunos años concurrida, calle de la Cruz del Ovejero, en Tamaraceite, Las Palmas de Gran Canaria, vive una mujer que es testimonio vivo de la historia del siglo XX y XXI. Sara Rivero Déniz, hija de Manuel Rivero González y Pilar Déniz Domínguez, conocida por todos cariñosamente como "Sarito", acaba de cumplir cien años el pasado 17 de diciembre de 2024. Su vida, marcada por el esfuerzo, la familia y un espíritu emprendedor inquebrantable, es un reflejo de los cambios sociales y económicos que han transformado Tamaraceite y Canarias a lo largo de las décadas.

Sarito nació en 1924 en Madrelagua, un pintoresco rincón del municipio de Valleseco. Era la tercera de once hermanos, en una familia humilde y trabajadora que se enfrentaba con valentía a las dificultades de la época. La España de su niñez estaba marcada por las tensiones que desembocarían en la Guerra Civil, pero también por la solidaridad y el esfuerzo que caracterizaban a las familias de los pueblos de Gran Canaria.

A los 18 años, Sarito se trasladó a Las Palmas de Gran Canaria para continuar sus estudios, una decisión valiente en una época en la que las oportunidades para las mujeres eran limitadas. Poco después, su padre compró una tienda en Tamaraceite para su hermano Pepe, quien por problemas de salud no podía seguir viviendo en las frías temperaturas de Valleseco. Sin embargo, la vida tenía otros planes: Pepe no se adaptó al negocio y Sarito tomó las riendas de la tienda.

Por aquellos años, la realidad de Gran Canaria estaba profundamente marcada por las secuelas de la Guerra Civil Española y la influencia de la Segunda Guerra Mundial. En la isla, los productos básicos como el pan, el aceite y el azúcar estaban racionados, y muchas familias dependían de las cartillas de racionamiento para sobrevivir.

La economía insular giraba en torno a la agricultura y la pesca. Las exportaciones de plátanos y tomates, aunque limitadas por la guerra, eran fundamentales para la subsistencia. La pobreza era generalizada, especialmente en las zonas rurales, donde tiendas como la de Sarito se apoyaban en la solidaridad y el esfuerzo colectivo para salir adelante.

El pequeño negocio se convirtió en mucho más que una tienda. Bajo la gestión de Sarito, se transformó en un punto de encuentro para los vecinos de Tamaraceite. Con su carisma y habilidad para atender a todos, vendía desde verduras frescas para el potaje hasta alpargatas para las romerías. Muchos también salían de la tienda con un bocadillo de chorizo de Teror, listo para la caminata a la Basílica de la Virgen del Pino, cuando Tamaraceite era lugar de paso obligado para todos los romeros que, con devoción acudían cada año a visitar a la patrona. La tienda era un espacio donde las historias del barrio iban y venían, y donde el trabajo diario de Sarito contribuía al desarrollo del barrio y de muchas familias, que no tenían para comer y gracias a ella podían pagarlo “echándoles un fiao”.

En Tamaraceite, Sarito conoció a Pedro Hernández, un vecino de San Lorenzo, con quien contrajo matrimonio y tuvo cuatro hijos. Mientras atendía su negocio, también crió a su familia, combinando como podía su rol de madre y emprendedora. La tienda continuó siendo el sustento de la familia hasta 1993, cuando Sarito decidió cerrarla tras el nacimiento de su segundo nieto. Después de décadas de arduo trabajo, llegó la hora de disfrutar de una merecida jubilación.

La longevidad de Sarito le ha permitido ser testigo de eventos que marcaron la historia mundial, insular y local. Vivió la Guerra Civil Española, la Segunda Guerra Mundial, la llegada del hombre a la Luna, y más recientemente, la pandemia de la COVID-19. Ha sido testigo sobre todo del desarrollo de Tamaraceite, que pasó de ser un pueblo tranquilo, de paso al Norte de la isla, a un gran barrio periférico convertido en una zona de referencia dentro de Las Palmas de Gran Canaria. Pasó en poco tiempo, de ser un pueblo agrícola rodeado de plataneras y donde todo el mundo se conocía, a lo que ahora es, un barrio más conocido por las áreas comerciales que por toda la historia que le precede.

Hoy, con un siglo de vida, Sarito sigue siendo un ejemplo de vitalidad y optimismo. Mantiene su independencia, lee el periódico, disfruta de una memoria envidiable y encuentra alegría en actividades sencillas como las sopas de letras o escuchar misa por la radio. Su familia, que ahora incluye hijos y nietos, es su mayor orgullo y el reflejo de una vida dedicada al trabajo, el amor y a su pueblo de Tamaraceite, aunque no olvide sus raíces vallesequenses.

Sarito ha sido y es un todoterreno que ha dejado una huella imborrable en Tamaraceite. Su espíritu emprendedor, su profunda fe, su calidez humana y su capacidad para adaptarse a los cambios de los tiempos la han convertido en una vecina ejemplar y en un modelo a seguir. Es la viva imagen de que el amor por su familia, sus creencias, el trabajo y la alegría son los pilares para construir una linda familia y dejar una huella imborrable en nuestro pueblo de Tamaraceite. En palabras de su familia y amigos: “¡Por muchos años más, Sarito! Te queremos y feliz siglo de vida”.

LA PROVINCIA


viernes, 3 de enero de 2025

Año Nuevo,Vida Nueva... o más de lo mismo

Por Esteban G. Santana Cabrera  

El inicio de un nuevo año suele ser un momento de esperanza y buenos deseos. Sin embargo, al comenzar 2025, cabe preguntarse si realmente estamos en el camino hacia una “vida nueva” o si simplemente arrastraremos los mismos problemas del año pasado y del anterior y del otro... Mi reflexión la enfoco en varios aspectos, que, a mi modo de ver,  marcan nuestro presente y condicionan nuestro futuro.

En el plano internacional, el panorama sigue siendo incierto y complicado. La subida de precios en los alimentos básicos, un fenómeno, que afecta especialmente a los más vulnerables, se ha agravado debido a factores como la inflación global, el cambio climático y los conflictos armados. El Cambio climático y el ascenso de temperaturas otro de los problemas que nos agobian ya que 2024 marcó un nuevo récord de temperaturas globales, y las consecuencias se sienten con más intensidad: Danas, incendios forestales, tormentas extremas y sequías que amenazan la biodiversidad y los medios de vida de millones de personas. Si a esto le unimos los conflictos mundiales, la guerra en Ucrania y los constantes enfrentamientos en Oriente Medio que generan no solo una crisis humanitaria, sino también una incertidumbre económica que afecta a todo el planeta. Con el inicio de un nuevo mandato de Donald Trump al frente de Estados Unidos, nos surgen interrogantes sobre el rumbo de la política global. ¿Reforzará las alianzas o las fracturará más? ¿Será su enfoque beneficioso para la estabilidad mundial o generará nuevos conflictos?

Mientras los desafíos globales nos impactan de manera indirecta, los problemas más cercanos son los que más afectan directamente a nuestra calidad de vida. En Las Palmas de Gran Canaria, la situación actual deja mucho que desear. Las calles de la ciudad presentan un estado lamentable. La acumulación de residuos, escombros y la proliferación de ratas son un reflejo del descuido en la gestión de los servicios públicos. Los problemas de tráfico y atascos es ya algo cotidiano. La circunvalación, una vía crucial para la movilidad, está colapsada a diario. Los conductores se enfrentan diariamente a interminables colas que afectan a su tiempo y al medio ambiente. Y mientras los políticos continúan vendiéndonos el proyecto de la Metroguagua, que parece que no hay otra cosa en la ciudad,  que prometía revolucionar el transporte público, y parece una obra sin fin. Los retrasos y las molestias generadas han acabado ya con la paciencia de los ciudadanos.

En mi barrio, Tamaraceite, los problemas se agravan por la descoordinación en la planificación urbanística. Al aumento de vivienda pública y social no se le suman los servicios.  Aunque el crecimiento de viviendas debería ser positivo, la falta de servicios básicos y espacios públicos adecuados convierte esta expansión en una carga para los vecinos. Un ejemplo es el Intercambiador de Transporte Público, construido con una inversión de 6,5 millones de euros y finalizado en 2008, cuyo dinero ha ido a la basura ya que  nunca cumplió con su cometido debido a defectos estructurales. Problemas como filtraciones, goteras y sistemas defectuosos lo han llevado a un cierre definitivo para una nueva reforma, dejando a Tamaraceite sin una infraestructura clave y los usuarios durante más de un año teniendo que esperar la guagua en paradas que están colapsadas y no reúnen las condiciones.

El Año Nuevo 2025 nos ofrece la oportunidad de reflexionar sobre nuestras prioridades y nuestras acciones, tanto a nivel global como local. Es fundamental exigir un liderazgo que enfrente estos problemas de manera efectiva y sostenible, apostando por el bienestar de las personas y del planeta. No podemos permanecer impasibles viéndolas venir sin hacer nada. Los vecinos tragamos y tragamos y parece que a nadie le importa nada, más que quejarse a través de las redes sociales pero sin un compromiso real en pro de la defensa de nuestros barrios y de nuestra ciudad. Todo esto deja a que el político haga lo que le parezca, con total desconocimiento de lo que realmente le importa al ciudadano y al vecino.  La respuesta está en nuestras manos. El cambio no llegará solo con el paso del tiempo; necesita de un compromiso real y acciones concretas para construir un futuro mejor para todos. A pesar de todo espero que este 2025 venga cargado de mucha Paz y de buenas obras, pero sobre todo de mucha Salud para todos.

LA PROVINCIA

INFONORTE




jueves, 2 de enero de 2025

Inicio mi colaboración con la Revista Urdimbre del ICT

Finalizo el año con la publicación de uno de mis escritos sobre mi barrio, Tamaraceite, cuando olía a gofio, en la revista trimestral "Urdimbre" del Instituto Canario de Las Tradiciones (ICT) . Esta propuesta divulgativa del Instituto Canario de las Tradiciones (ICT) nace de la iniciativa de la Agrupación de Música Popular Los Gofiones, pretendiendo generar líneas de trabajo vinculadas a la formación, investigación y difusión del legado cultural de Canarias. Descárgala gratis aquí 📷 goo.su/wRa7kT