viernes, 21 de diciembre de 2018

¡No perdamos nuestra habla canaria!

Por Esteban Gabriel Santana Cabrera
El otro día estuve en una actuación escolar de navidad y no salía de mi asombro como, los niños, se saltaban una singularidad gramatical propia como es el uso del ustedes por el pronombre vosotros, para la segunda persona del plural. Algo que para nosotros en Canarias, el ustedes es tan característico y que usamos tanto como plural de tú como de usted.

Parece que en nuestras islas tenemos una "vergüenza histórica" a hablar como siempre, porque no le damos el valor que tiene. Recordamos el caso reciente de la participante en un concurso de televisión que se "avergonzaba" de su acento. Pero, ¿Por qué ocurre esto? Nuestro rasgo de insularidad, de lejanía histórica, nos hace pensar que lo de "fuera" siempre es mejor que lo nuestro. El dicho popular "nadie es profeta en su tierra" es algo que los canarios lo tenemos muy marcado en la sociedad en general. La gente piensa que hablar bien es hablar en "penínsular", con todo el respeto a los peninsulares, pero cada uno debe hablar según se ha criado y el habla canaria tiene unas peculiaridades que la hacen distinta y bella a la vez.

Si quieren que les diga la verdad, yo cuando tengo que leer en público, ante alumnado, profesorado o en alguna celebración litúrgica, y la lectura me viene preparada, automáticamente cambio el chip y traduzco al canario, sobre la marcha. Yo no le leo a mis hijos un cuento con el vosotros en vez del ustedes, porque para mí es algo poco natural, impropio. Me niego en rotundo.

Tenemos una rica variedad lingüística a la que se une la influencia de términos que están perfectamente integrados en la estructura semántica. Como los portuguesismos enchumbar o magua, o los americanismos, fiel reflejo de los lazos tan estrechos que hay entre Canarias y América donde vocablos como guagua, papa, guanajo, machango son habituales de nuestra habla coloquial, aunque cada vez sean menos usados por nuestros pequeños.

Pero nuestra identidad no solo la estamos perdiendo por el habla sino también en la sustitución de los topónimos por otros procedentes de fuera, lo que hace perder el sentido histórico de nuestro territorio. Ya no conocemos nuestra tierra, porque el propio planeamiento le cambia el nombre, muchas veces por desconocimiento, o por no hacer trabajo de campo, contrastando con los propios lugareños la nominación de unos terrenos o zona a urbanizar. Y un ejemplo claro lo tenemos en Tamaraceite, zona de expansión de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, donde se han perdido topónimos como Hoya Ayala, Lomo de Juanito Amador, etc, por otras más impersonales como Tamaraceite Sur.

Necesitamos visibilizar más nuestra habla canaria porque los medios de comunicación, la literatura que viene de fuera, los youtubers, la televisión en general sobre todo, tiene buena culpa de esta pérdida de nuestra habla canaria. Pero la mayor culpa es de los canarios y canarias que permitimos que en nuestras escuelas, en nuestras familias, en nuestros ambientes no pongamos en valor nuestra habla. No obstante, no deja de ser un problema educativo, necesitamos que la formación llegue cada vez más a nuestros centros educativos y a las familias. La Fundación de la Academia Canaria de la Lengua trabaja en distintos frentes como la escuela, los medios de comunicación, la publicación de investigaciones, etc. para hacer llegar a la sociedad canaria que nuestra variedad de español es tan válida y correcta como cualquier otra. La Consejería de Educación a través del Programa de Contenidos Canarios o desde la propia Área de Comunicación, se están canalizando acciones como por ejemplo la difusión de la aplicación móvil del diccionario de canarismos, para que nuestra habla no se vaya perdiendo poco a poco.

Hablemos en canario y pongamos en valor lo nuestro, porque nosotros, los canarios, somos los que podemos hacer que nuestra particular forma de hablar no se pierda en el olvido.

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