lunes, 20 de octubre de 2025

La radio escolar, la voz del aprendizaje

Por Esteban G. Santana Cabrera 

Esta pasada semana tuve la oportunidad de asistir en Oviedo al Congreso Nacional de Radio Escolar 2025, organizado por el Ministerio de Educación y el Intef. Un encuentro que no solo reunió a docentes de diferentes puntos de España, sino que también se vivió con mucha fuerza que otra educación es posible. A lo largo de las jornadas, las experiencias compartidas por compañeros y compañeras de Asturias, Andalucía, Extremadura, Madrid, Castilla y León, Cantabria mostraron con claridad que la radio escolar es mucho más que un recurso didáctico: es una forma de aprender, de expresarse y de hacer comunidad.

Escuchar las voces de tantos proyectos, tan diversos y tan vivos, fue emocionante. Cada intervención irradiaba inclusión, solidaridad, diversidad, música, creatividad y trabajo en equipo. Pero, además de todo eso, la radio se revelaba como una herramienta poderosa para combatir la desinformación. En tiempos en los que las noticias falsas circulan con rapidez y los discursos simplifican la realidad, la radio escolar enseña a contrastar fuentes, a cuidar el lenguaje, a respetar las opiniones ajenas y a comprender el poder de la palabra. En definitiva, forma ciudadanos críticos y responsables.

Tuve también la suerte de participar con una ponencia titulada “Diferentes software para la radio escolar”, donde pude compartir con mis compañeros el trabajo que realizamos en Radio Los Giles, una emisora humilde pero cargada de ilusión, igualdad, saberes, sostenibilidad y aprendizajes compartidos. En nuestro proyecto, los alumnos no solo aprenden a usar programas de edición o grabación, sino que descubren el valor del proceso comunicativo, desde la idea inicial hasta la emisión final. La radio, en este sentido, se convierte en un aula viva, donde el error no castiga, sino que enseña, donde el aprendizaje se construye colectivamente, sin la rigidez de un examen tradicional.

Porque, al fin y al cabo, la radio escolar es también una alternativa real a la educación tradicional. En lugar de memorizar para repetir, los más pequeños crean, investigan, escriben guiones, ensayan, colaboran y se escuchan. Cada programa es una evaluación en sí misma: una demostración de competencias, de comprensión lectora, de expresión oral, de trabajo en equipo y de creatividad. La evaluación se transforma en un proceso continuo, significativo y profundamente humano. Y lo pudimos ver insitu con la estupenda entrevista que le realizaron los alumnos asturianos Deva y Mateo, del IES La Eria de Oviedo en pleno directo, a la Ministra de Educación Pilar Alegría, que inauguró el congreso en su tercera edición.

Más allá de los micrófonos y los cables, la radio escolar construye vínculos. Este congreso fue también un espacio para el reencuentro y el afecto. Pude abrazar por fin a compañeros a los que solo conocía a través de las redes sociales o de alguna videollamada: Emilio, Chepe, Óscar, Susana, Víctor, Alberto… Todos compartimos el mismo sueño: que la Red de Radios Escolares de España sea una realidad muy pronto, una auténtica comunidad de aprendizaje donde podamos seguir creciendo juntos, compartiendo experiencias, recursos y entusiasmo más allá del congreso.

Regreso de Oviedo con la certeza de que la radio escolar no solo educa: transforma. Transforma la mirada del alumno, que se siente protagonista de su aprendizaje, transforma la del docente, que se convierte en guía y acompañante, y transforma la escuela, que deja de ser un espacio cerrado para abrirse al mundo. La radio da voz a quienes, a veces, no la tienen. Y en esas voces se escucha el futuro de una educación para la nueva generación de chicos y chicas que, gracias a la radio encuentran una manera de darle sentido a su propio aprendizaje .

sábado, 18 de octubre de 2025

Así viví el Congreso de Radio Escolar 2025 de Oviedo

Congreso de Radios Escolares 2025 de Esteban Gabriel Santana Cabrera

Así viví el #CongresoRadioEscolar 2025 en Oviedo. Encontrarte con compañeros de toda España que creen en la radio como herramienta educativa es un lujazo. Gracias por este espacio tan lindo para compartir, aprender, descubrir, reencontrar,...

miércoles, 15 de octubre de 2025

La escuela, un espacio sin diferencias

Por Esteban G. Santana Cabrera  

El ser humano, desde su origen, ha necesitado de los demás para sobrevivir y desarrollarse. Canarias ha sido una región de acogida y nuestra fama es de hospitalidad y nuestra naturaleza social, nos empuja a los canarios a buscar conexiones, interacciones y colaboraciones que nos permitan crecer y alcanzar logros que individualmente no podríamos. En el ámbito educativo, este principio cobra aún más relevancia, ya que el entorno escolar es un espacio de aprendizaje no solo académico, sino también emocional y social.

En Canarias, como en cualquier otra región, el contexto educativo juega un papel esencial en la formación integral del individuo. La escuela no es solo un lugar donde se adquieren conocimientos, sino es un espacio donde los niños y niñas aprenden a convivir, a compartir y colaborar con sus iguales. Empiezan a construir las primeras relaciones interpersonales, y donde el respeto mutuo y el trabajo en equipo son esenciales para el desarrollo de competencias que van más allá de los saberes básicos. En el currículo de Canarias, la educación no se limita a la transmisión de saberes académicos, sino que también incluye la formación de ciudadanos responsables, empáticos y capaces de integrarse y aportar a la sociedad.

Canarias es desde tiempo histórico un claro ejemplo de diversidad cultural y lingüística, y este es un aspecto clave que influye en la dinámica escolar. Alumnado que proviene de diferentes países, contextos y trayectorias, enriquece las experiencias de aprendizaje si se fomenta el trabajo colaborativo.

Asimismo, el currículo de Canarias promueve el desarrollo de competencias sociales y cívicas a través de metodologías activas que favorecen la interacción entre los más pequeños. Proyectos en grupo, debates, dinámicas cooperativas y actividades de resolución de problemas son ejemplos claros de cómo el aprendizaje se ve enriquecido cuando se lleva a cabo de forma colectiva. Este tipo de actividades no solo fomenta el aprendizaje de los contenidos académicos, sino que también ayuda a los estudiantes a desarrollar habilidades de comunicación, liderazgo, empatía y trabajo en equipo. Estos son aspectos fundamentales que los individuos necesitan para desenvolverse en la sociedad actual.

Además, en nuestras islas, el concepto de "cooperación" es básico, ya que por nuestra geografía , dependemos unas de otras. En mi clase le digo a mis alumnos que cada uno tiene algo que aportar, pero la unión de todos es lo que nos permite el crecimiento y el bienestar común. Al igual que la comunidad canaria debe trabajar unida para enfrentar retos como el aislamiento geográfico o las dificultades económicas, nosotros como colectivo estudiantil debemos aprender que nuestro bienestar académico y personal está ligado al de nuestros compañeros.

En conclusión, la unión es esencial no solo para la supervivencia, sino también para el aprendizaje y el desarrollo de cada individuo. En el contexto escolar de Canarias, esta idea se refleja en el respeto a los otros, al que viene de fuera, la importancia de trabajar juntos, aprender a través de la colaboración y reconocer el valor de la diversidad. La escuela no debe ser un espacio donde existan diferencias, sino un lugar donde el esfuerzo colectivo permita que todos crezcan y avancen juntos, respetando la pluralidad y aportando lo mejor de cada uno para el beneficio común. Si así actuamos, responderemos positivamente a las necesidades sociales y culturales de nuestras islas, contribuyendo a la formación de ciudadanos comprometidos y solidarios.

InfoNorte Digital

lunes, 13 de octubre de 2025

Una experiencia lectora motivadora


 A continuación les presento una experiencia didáctica que estoy desarrollado en el aula de 6º de Primaria, centrada en el fomento de la lectura a través de un enfoque activo, creativo y competencial. A partir de un itinerario lector estructurado en tres fases —antes, durante y después de la lectura—, el alumnado exploró distintas estrategias de comprensión y producción textual, combinando lectura, escritura creativa, oralidad y medios digitales. El proceso en el que estamos culminó con la grabación de textos literarios en la radio escolar, favoreciendo la comunicación oral, la competencia digital y el disfrute de la lectura.

Fomentar el gusto por la lectura en el alumnado de Educación Primaria supone un reto y, al mismo tiempo, una oportunidad para potenciar su desarrollo personal, lingüístico y emocional. Desde esta perspectiva, se diseñó una propuesta metodológica que parte del enfoque competencial del currículo canario (Decreto 101/2023, de 4 de mayo), integrando las cuatro dimensiones fundamentales del aprendizaje lingüístico: escuchar, leer, escribir y comunicar.

El proyecto se desarrollará a lo largo de este primer trimestre y tiene como producto final la creación de un Booktube, donde el alumnado presentará su experiencia lectora y reflexionará sobre su proceso de aprendizaje. A lo largo del recorrido, las actividades propuestas buscan conectar la lectura con la creatividad, la expresión oral y el uso responsable de las herramientas digitales.

Esta aventura lectora ha tenido una acogida muy positiva por parte del alumnado. El formato digital del Tik Tok y la participación en la radio escolar han sido fuentes de motivación auténtica, que les han permitido comunicar sus lecturas desde un rol activo y creativo.

Durante esta primera etapa se ha observado el esfuerzo en la comprensión lectora, la expresión oral y escrita, así como un mayor interés por la lectura y la producción literaria.

VER LA EXPERIENCIA



miércoles, 8 de octubre de 2025

La escuela ya no solo enseña, también educa

Por Esteban G. Santana Cabrera  

Vivimos en una sociedad compleja, acelerada, y muchas veces desbordada por los cambios tecnológicos, los medios de comunicación y la influencia de las redes sociales. En ella, uno de los grandes retos es la pérdida o debilitamiento de valores básicos: respeto, solidaridad, tolerancia, civismo, responsabilidad. Y no tenemos más que asomarnos a los informativos y escuchar diariamente cómo se tratan los políticos en el Parlamento y ver la poca ética de algunos. Todo vale, se relativiza, y también la escuela se enfrenta a retos que antes parecían corresponder exclusivamente al ámbito familiar. Pero ¿cuál es la frontera entre lo que compete a la familia, la educación y lo que debe asumir la escuela sobre la enseñanza con valores?

Está claro que el primer eslabón es la familia, durante los primeros años de vida, el ejemplo, el ambiente emocional, los modelos de conducta que los niños y niñas interiorizan a través del trato diario con sus padres. Es ahí donde se inculcan los hábitos más básicos: cómo saludar, cómo comportarse, cómo gestionar las emociones, el respeto que se debe a los mayores, la forma de resolver conflictos, etc. Pero, si este eslabón falla, la escuela se ve muchas veces en la posición de “segunda familia”, corrigiendo o complementando comportamientos que deberían haberse trabajado antes y venir desde casa.

Por ello, la enseñanza, hoy en día, ha cambiado: no se trata solo de transmitir conocimientos (matemáticas, lenguas, ciencias), sino de formar a la persona, el carácter, el ciudadano crítico, consciente, ético. La escuela debe poner especial interés en los valores que sostienen la convivencia democrática: normas, respeto mutuo, diálogo, justicia, equidad. No como imposiciones, sino como prácticas y reflexiones que acompañen el crecimiento intelectual y moral del alumnado. Y es en esto donde la escuela está invirtiendo muchas fuerzas hoy en día y dejando de lado el rol más formativo y academicista.

Cuando los límites se diluyen y se relativiza lo que es correcto, la escuela muchas veces se convierte en escenario de comportamientos que reflejan esa falta de valores que los más jóvenes ven cotidianamente: insultos, agresividad, desorden, poca empatía. Y, al mismo tiempo, también se vuelve espacio de aprendizaje esencial para lo que tal vez la familia no enseña o enseña poco: compartir, tolerar la diferencia, ponerse en el lugar del otro, reconocer errores. Enseñar “a comer bien”, a comportarse correctamente en el aula, a dialogar en vez de gritar, a respetar al adulto, al compañero, al espacio común. Estas tareas “básicas” que antes traían aprendidas, cobran hoy una vital importancia y la escuela tiene que activar el papel compensador que tiene en sí misma.

El Consejo Escolar de Canarias promovió un acuerdo denominado Pacto por la Educación, que tiene entre sus principios rectores la “educación en valores”.  Dentro de los principios básicos del pacto se subraya la importancia de valores universales como los derechos humanos, la igualdad de oportunidades, la solidaridad y, sobre todo, las reglas democráticas de convivencia. Esto convierte a la escuela no solo en un espacio de aprendizaje académico, sino en un espacio social y ético.

En el currículo de Educación Primaria en Canarias, se incorpora el área “Educación en valores cívicos y éticos” con una introducción clara: tiene como prioridad el desarrollo integral del alumnado como integrante de una sociedad democrática, mediante la reflexión y el ejercicio crítico y responsable. Esta área quiere capacitar al alumnado para que valore las diferencias, aprenda a aplicar normas y valores socialmente compartidos, con autonomía, aunque muchos de estos valores deberían venir grabados a fuego desde casa.

En definitiva, la familia y la escuela tienen roles distintos pero complementarios en la educación de nuestros más pequeños. La familia debe proporcionar los cimientos de respeto y conducta; la escuela debe reforzar, ejemplificar, enseñar habilidades sociales, emocionales y cívicas, y generar espacios de reflexión. En una sociedad donde “todo vale”, la escuela no puede renunciar a ese rol formativo integral, porque si lo hace, el alumnado también pierde el sentido del deber, de la convivencia, de la participación democrática. Pero lo que no se puede convertir la escuela en el referente educativo único, ya que si falta el papel de la familia, la formación deja de ser íntegra.

Por ello nuestras escuelas deben ser espacios respetuosos con el profesorado y con el resto de la comunidad educativa, en las aulas, en los patios, en el trato entre profesorado y alumnado, y en la colaboración familia-escuela. Porque al final nuestros centros educativos no dejan de ser un reflejo de nuestra sociedad.

TeldeActualidad

InfoNorte Digital

La Provincia


jueves, 2 de octubre de 2025

Proyecto: Recordando a Juan Guedes


En el cole hemos vivido unas semanas muy especiales gracias a un proyecto interdisciplinar desde el área de Lengua que nos ha permitido unir historia, lengua,  deporte, literatura y emociones. El protagonista ha sido una de las grandes leyendas de la Unión Deportiva Las Palmas: Juan Guedes, jugador inolvidable de los años 60 y 70, y todo un referente para la afición amarilla.

El alumnado de 6.º de Primaria se embarcó en una investigación apasionante sobre su vida y trayectoria. A través de hemerotecas, fotos antiguas, recortes de prensa y testimonios, conocieron a un futbolista que fue mucho más que eso: un hombre comprometido con su tierra y un ejemplo de humildad, esfuerzo y amor por el deporte.

Este proyecto ha sido una oportunidad única para trabajar la expresión oral y escrita, la creatividad literaria, la investigación histórica y, sobre todo, para reforzar la importancia de conocer y valorar a quienes nos precedieron. Porque recordar a personas como Juan Guedes nos ayuda a entender que nuestro patrimonio no son solo monumentos o paisajes, sino también las vidas y los valores de quienes dejaron huella en nuestra sociedad.

Queremos dar las gracias de corazón a Juani Guedes por su cercanía y generosidad, y al alumnado por su implicación y entusiasmo. Sin duda, ha sido una experiencia que quedará grabada en la memoria de toda la comunidad educativa.

ESCUCHA LA ENTREVISTA

martes, 30 de septiembre de 2025

El juego en la escuela: un camino imprescindible hacia el aprendizaje

Por Esteban G. Santana Cabrera  

"Los niños y niñas no juegan para aprender, pero aprenden porque juegan". Esta frase de Piaget, padre de la teoría del desarrollo cognitivo, nos habla del juego como lenguaje natural con el que los niños y niñas se comunican, exploran el mundo y construyen sus primeras experiencias de aprendizaje. Desde la psicología evolutiva hasta la pedagogía contemporánea, se ha insistido en que el juego no es únicamente una actividad recreativa, sino un proceso educativo muy importante.


Diversos estudios coinciden en que, a través del juego, los más pequeños desarrollan habilidades cognitivas, sociales y emocionales que serán determinantes en su futuro escolar. Tal como se señala en una investigación de la Universidad de Jaén, el juego en edades tempranas “favorece la motivación y la adquisición de vocabulario”, especialmente en el aprendizaje de lenguas extranjeras, demostrando que jugar no es tiempo perdido, sino un entorno idóneo para aprender de manera significativa.

Además, experiencias pedagógicas como las recogidas en muchos proyectos de innovación que he estado siguiendo en los últimos años, destacan que los juegos simbólicos, dramáticos o al aire libre no sólo estimulan la imaginación, sino que permiten al alumnado socializar, asumir roles, resolver conflictos y ganar autonomía personal.

Esta visión no es ajena a la normativa educativa. El currículo afirma que “el juego es fuente de aprendizaje porque estimula la acción, la reflexión y la expresión”. Añade además que a través del juego se agudizan capacidades como la atención, la memoria y el ingenio, que luego se transfieren a contextos no lúdicos. El propio currículo de Canarias lo sitúa en el centro del desarrollo integral, junto a principios como la atención a la diversidad, la colaboración con las familias y la continuidad educativa entre etapas.

En este contexto se sitúa el proyecto de Aula Ejecutiva del CEIP Miguel de Cervantes de Mejorada del Campo en Madrid. Esta iniciativa apuesta por llevar el juego más allá de la etapa de Infantil, convirtiéndolo en una estrategia didáctica también en Primaria. Con ello, se garantiza la coherencia metodológica que pide el currículo y se potencia la adquisición de competencias clave como la creatividad, la comunicación, el trabajo en equipo o la resolución de problemas.


En los últimos años también ha cobrado relevancia el uso de los videojuegos con fines educativos, siempre que se integren de forma guiada y con una intencionalidad pedagógica clara. Lejos de ser solo entretenimiento, los videojuegos bien seleccionados pueden fomentar la toma de decisiones, la creatividad, el pensamiento crítico y el trabajo colaborativo. Además, resultan especialmente motivadores para el alumnado, que se reconoce en un entorno tecnológico cercano a su vida cotidiana. De este modo, se convierten en un recurso complementario para potenciar aprendizajes significativos en el aula y para educar en el uso responsable de los videojuegos.

El desafío no está en demostrar que el juego es útil, porque tanto la investigación como la normativa lo avalan. El verdadero reto es garantizar su espacio real en las aulas: equilibrar el juego libre con propuestas dirigidas, dotar al profesorado de formación específica en metodologías lúdicas y diseñar evaluaciones que valoren no solo los contenidos, sino también las competencias sociales, emocionales y creativas que emergen en las dinámicas de juego.

El juego es, en definitiva, el motor natural del aprendizaje en los más pequeños. Constituye un derecho, una necesidad y una herramienta pedagógica insustituible. Apostar por el juego en los centros educativos no es “añadir diversión” al currículo, sino reconocer que los aprendizajes más profundos y duraderos se construyen en contextos motivadores y afectivos. El currículo de Canarias lo respalda, la investigación lo confirma y la práctica docente lo demuestra, como es el caso de nuestros colegas de Madrid. Si aspiramos a una escuela que forme ciudadanos creativos, críticos y felices, debemos asumir que el juego no es un complemento, sino la esencia misma de educar. Por ello no olvidemos las palabras de María Montessori: “El juego es el trabajo de los niños”.

TeldeActualidad

InfoNorte Digital

La Provincia

Emisora Diocesana





lunes, 22 de septiembre de 2025

La clase invertida, IA y radio escolar

Por Esteban G. Santana Cabrera  

 Hace ya varios años que en mi aula trabajo con la metodología flipped classroom o “clase invertida”, un enfoque que pone al alumnado en el centro del aprendizaje y que, con el paso del tiempo, se ha convertido en una herramienta pedagógica muy poderosa. Esta metodología consiste, esencialmente, en invertir el orden tradicional: los contenidos teóricos se trabajan en casa (mediante vídeos, lecturas o presentaciones interactivas), y el tiempo de clase se dedica a resolver dudas, hacer actividades prácticas, realizar proyectos, colaborar, debatir y aplicar lo aprendido.

En mi caso, uso Google Classroom como plataforma de referencia (aunque perfectamente podría ser EVAGD u otras), desde donde el alumnado accede a los materiales que deben trabajar previamente. Esto les permite llegar al aula con un conocimiento básico del tema, lo que facilita que podamos aprovechar mucho mejor el tiempo presencial.

Un ejemplo claro de esta metodología lo encontramos en uno de los proyectos del curso: la radio escolar como herramienta de debate. A través del aula virtual, les lanzo una pregunta o tema de actualidad que divide opiniones (por ejemplo: ¿Deberían prohibirse los móviles en las escuelas? o ¿La inteligencia artificial mejora o empeora el aprendizaje?). A partir de ahí, deben investigar previamente en casa para documentarse, comprender el tema en profundidad y preparar argumentos a favor o en contra. En clase, organizamos el debate en formato radiofónico: con moderadores, tiempos establecidos y grabación final. No solo mejoran su expresión oral y capacidad argumentativa, sino que también aprenden a respetar el turno de palabra, escuchar con atención y contrastar ideas.

En este proceso de investigación, cada vez es más habitual que el alumnado, incluso en Primaria, recurra a herramientas de inteligencia artificial. Ya no se limitan a buscar en Google: utilizan asistentes virtuales como ChatGPT para resolver dudas, redactar borradores o comprender conceptos complejos. ¿Pero alguien les ha enseñado a usar correctamente la IA?

Aquí es donde, como docentes, tenemos una gran responsabilidad. La IA puede ser una herramienta muy potente para aprender, ahorrar tiempo y explorar nuevas ideas, pero también implica ciertos riesgos si no se usa de manera crítica. Por eso, en mis clases trabajo mucho la necesidad de verificar la información, contrastarla con otras fuentes y no dar por válida cualquier respuesta que genera una IA, del mismo modo que no asumimos como verdad absoluta lo primero que encontramos en internet. No basta con copiar y pegar: hay que pensar, filtrar y construir un discurso propio. Esta reflexión crítica es parte esencial del proceso, y por eso integro actividades donde los alumnos comparan lo que dice la IA con otras fuentes, debaten sobre su fiabilidad o reescriben un texto con su propio estilo.

Además, la IA también se convierte en una excelente excusa para reforzar la competencia digital. Hay que llevarlos a que comparen respuestas de la IA con otras fuentes, que reformulen preguntas, que aprendan a citar adecuadamente y a diferenciar entre un resumen automático y un trabajo personal reflexivo.

En definitiva, la metodología flipped, combinada con el uso crítico de la IA, favorece una actitud más activa y autónoma en el alumnado. No se trata de “dar clase al revés”, sino de cambiar la dinámica de siempre para que el aula sea un espacio vivo, donde se piensa, se investiga, se discute, se crea y se aprende en equipo. Un espacio donde el alumnado pueda ser el protagonista de su propio aprendizaje con el docente siendo el acompañante, el guía del proceso. Sólo así conseguiremos que los aprendizajes sean duraderos. Como dice una frase en grande en elAula Taller de nuestro cole: “Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo”.

domingo, 21 de septiembre de 2025

“Cuando el calor entra en el aula, ¿quién debe decidir?”

 

Por Esteban G. Sanrtana Cabrera 


En los últimos años, los equipos directivos y el profesorado hemos visto cómo nuestra labor docente se va acompañando de una creciente cantidad de protocolos que debemos conocer, aplicar y supervisar. Protocolos de prevención de riesgos laborales, protocolos de actuación frente a situaciones de altas temperaturas, protocolos de prevención del suicidio, protocolos de acoso escolar, comedores escolares, ayuda de libros, entre muchos otros. Todos ellos nacen de una necesidad legítima: proteger a nuestro alumnado y garantizar un entorno educativo seguro. Sin embargo, la realidad es que los docentes no somos especialistas en sanidad, en derecho, en prevención de riesgos ni en emergencias climáticas. Somos maestros y profesores, nuestra formación y vocación se centran en enseñar, en educar, en acompañar al alumnado en su crecimiento personal y académico.

Estos días en Canarias hemos vivido temperaturas extremas que han puesto en evidencia esta situación. Aprovechando esto la Consejería de Educación presentó un protocolo cuyas medidas contemplan, además de las propiamente preventivas, la adaptación de la jornada lectiva del centro o las relativas a la organización de la enseñanza de forma no presencial. 

Compañeros y familias nos preguntaban si el centro podía decidir suspender las clases, adelantar el horario lectivo o tomar medidas excepcionales ante el calor. Y la pregunta es inevitable: ¿quiénes somos los docentes para tomar decisiones de ese calado? Decisiones que implican la seguridad, la salud y la organización de toda una comunidad educativa no pueden quedar únicamente bajo el criterio de los equipos directivos, que no contamos ni con la titulación ni con las competencias técnicas para ello. Existen organismos especializados, tanto a nivel local como insular, que cuentan con personal formado y capacitado para dictar instrucciones claras en estas circunstancias. Esa debería ser la referencia, y no cargar la responsabilidad sobre quienes no disponemos de las herramientas necesarias.

El Protocolo, pretende reducir el margen de error en las decisiones al basarse en análisis preliminares de las medidas organizativas que deben implementarse en el centro educativo, teniendo en cuenta sus características específicas. ¿Pero y si nos equivocamos? ¿Sobre quién va a recaer la responsabilidad? 

Lo mismo ocurre con otras realidades. La incorporación de los comedores escolares, por ejemplo, ha supuesto sin duda un gran avance social y un apoyo fundamental para muchas familias. Pero a la vez ha generado un incremento considerable en la burocracia que recae en los centros: gestión de proveedores, supervisión de menús, control de incidencias, coordinación con empresas externas… Tareas que, siendo importantes, podrían ser perfectamente asumidas por la propia administración educativa o las corporaciones locales a través de unidades de gestión específicas. En cambio, una vez más, el colegio se convierte en el espacio donde se concentra todo, desde la atención sanitaria básica hasta la gestión alimentaria, pasando por protocolos de emergencias y procedimientos administrativos que poco tienen que ver con la enseñanza.

La escuela no puede transformarse en un cajón de sastre donde se depositan todos los problemas y necesidades sociales. Es cierto que la educación es un pilar fundamental de cualquier comunidad y que los centros educativos son un lugar de encuentro privilegiado. Pero si cada nueva situación que surge en la sociedad se traduce en un nuevo protocolo, en una nueva carga administrativa para los equipos directivos y docentes, se desdibuja el papel esencial del profesorado. Nuestra función principal debe seguir siendo enseñar, formar, acompañar al alumnado en su aprendizaje. Esa es la tarea para la que nos hemos preparado, a la que dedicamos tiempo, esfuerzo y vocación.

Reivindicar esto no significa rechazar la importancia de la prevención ni de la seguridad. Todo lo contrario: es reconocer que cada ámbito requiere de profesionales competentes y especializados. Igual que un médico no sustituye al maestro en el aula, el docente no debería sustituir a un técnico de riesgos laborales, a un especialista en salud mental o a un responsable de emergencias climáticas. La coordinación es posible y deseable, pero la responsabilidad última debe recaer en quienes cuentan con la preparación adecuada.

En definitiva, necesitamos que la administración asuma su papel de liderazgo en la gestión de estos temas, que se establezcan canales claros de apoyo y decisión, y que se libere a los centros de cargas que no les corresponden. Solo así podremos centrar nuestras energías en lo que mejor sabemos hacer: educar. 

TeldeActualidad

InfoNorte Digital

lunes, 15 de septiembre de 2025

“Tertulia de Mujeres”: Igualdad desde las ondas de la radio escolar.

 

Por Esteban G. Santana Cabrera

En un mundo donde el valor de la voz se mide muchas veces por quién la tiene, el CEIP Los Giles decidió en 2022 hacer algo diferente: abrir sus micrófonos para que mujeres de distintos ámbitos, profesiones y trayectorias puedan contar, compartir, inspirar. Y lo ha hecho desde la escuela, con su programa de radio Tertulia de Mujeres, impulsado por el Área de Igualdad, en el marco del Proyecto PIDAS, en coordinación con el Plan de Igualdad y el Plan de Comunicación del centro.


Más que una tertulia, es un espacio de encuentro: entrevistas a profesionales femeninas, testimonios, reflexiones sobre actualidad, salud, deporte, inclusión, ciencia, migración, pero también historias más cotidianas, cercanas, entrañables. Voces que muchas veces no tienen espacio en los medios de comunicación. Voces que aquí cobran visibilidad. Voces que enseñan, no sólo con lo que se dice, sino con el simple hecho de ser escuchadas.

¿Por qué la radio en la escuela? Porque la radio invita a escuchar, a dialogar, a reflexionar; porque exige lenguaje claro, respeto, empatía. En la radio escolar nuestro alumnado plantea preguntas, escucha distintas realidades, entiende que sus palabras importan, que sus compañeros tienen historias distintas. Y aprenden que la igualdad no es una palabra vacía, sino algo que se construye día a día, con gestos como poner a la mujer en el centro de la conversación, escuchar otras experiencias, reconocer desigualdades y comprometerse a cambiarlas.

Además, la radio escolar es puente entre el aula y el barrio. Permite llegar a las familias, profesorado, vecinos, mostrando que los valores de la igualdad no quedan solo como teoría, sino que se ponen en práctica, se difunden, se multiplican. Es una forma de comunicación cercana, inclusiva y que motiva.

El origen de Tertulia de Mujeres no es casual: nace del Proyecto PIDAS del CEIP Los Giles, del Plan de Igualdad y del Plan de Comunicación. Por ello es una pieza estratégica, no un añadido decorativo. El colegio decidió que formar en igualdad, sensibilizar y dar herramientas a alumnado y comunidad, era tan importante como enseñar matemáticas o lengua. Que uno de los caminos para lograrlo era escuchar, y dar voz.

La profesora coordinadora de igualdad, Lucía Rodríguez, siguiendo las instrucciones dictadas por la Consejería de Educación, es la encargada de promover en el centro un enfoque de igualdad de género utilizando entre otras herramientas la radio, a través de podcast que contribuyan a la coeducación, de forma que se garantice la adquisición por parte del alumnado de los aprendizajes relativos a la igualdad efectiva de mujeres y hombres, la prevención de la violencia de género, el respeto a la diversidad y la educación afectivo sexual, como dimensiones transversales integradas en los currículos de las diferentes áreas, materias y ámbitos.

Entre los episodios más recientes podemos destacar: una conversación con Beatriz Suárez Trujillo sobre salud ocular y los peligros de las pantallas, una tertulia dedicada al colectivo LGTBI+ donde Rocío Henríquez Peña habló de identidad y aceptación, una reflexión con la asociación “Mujeres, solidaridad y cooperación” sobre migración, un programa centrado en las enfermedades raras, o la visibilización de mujeres ingenieras con motivo del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Pero también pasan hombres como Miguelo Betancor, que se abordó la temática “Mujer y Deporte”, aportando su visión sobre los desafíos que aún persisten y la necesidad de seguir promoviendo la igualdad en todos los niveles del deporte.

Cada programa aporta algo nuevo. Ya sea sensibilización (sobre salud, inclusión, discapacidad), modelos profesionales distintos para las niñas, aprendizajes para todos, o simplemente inspiración para quien lo escucha. Y lo más bonito: es un proyecto colectivo: alumnado, familias, profesorado, invitadas,… Todos poniendo algo, todos aprendiendo algo.

Tertulia de Mujeres nos recuerda que la igualdad se construye también con ondas, con micrófonos, con historias contadas a quienes las necesitan. Que una escuela que escucha, que invita a opinar, que hace visible lo invisible, está formando ciudadanos y ciudadanas con conciencia, con respeto, con ganas de cambiar la sociedad que nos rodea.






jueves, 11 de septiembre de 2025

Este año participaré en el Congreso Nacional de Radio Escolar 2025


Este año participaré como ponente en el  Congreso Nacional de Radio Escolar en la ciudad de Oviedo los días 16 y 17 de octubre de 2025, organizado por el Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes y el Principado de Asturias. 

Mi ponencia titulada «DIFERENTES SOFTWARE EN NUESTRA RADIO ESCOLAR» versará sobre distintas herramientas que nos pueden servir para editar nuestros podcast.

Este evento se celebrará en el Auditorio-Palacio de Congresos Príncipe Felipe de Oviedo y está diseñado para fomentar el intercambio de ideas, proyectos y experiencias en un ambiente de aprendizaje y colaboración.

Este encuentro se presenta como una oportunidad única para que docentes y expertos en radio escolar aprendan, compartan experiencias y creen nuevas conexiones que les enriquezcan en su desarrollo profesional.
Esperamos que este evento inspire y anime a más Administraciones y centros educativos a incluir la radio en su proyectos y a que vean las posibilidades que tiene para fomentar el aprendizaje, la creatividad y la participación del alumnado.

#CongresoRadioEscolar

El Congreso contará con una diversidad de actividades dirigidas a enriquecer la práctica educativa a través de la radio escolar:

  • Charlas inspiradoras: Expertos en comunicación y educación impartirán conferencias sobre el impacto de la radio como medio educativo y su capacidad para desarrollar competencias transversales.
  • Mesas redondas: Espacios de debate en los que se analizarán temas relevantes en torno al uso de la radio en el aula, incluyendo su contribución al desarrollo de habilidades comunicativas y al trabajo en equipo.
  • Experiencias educativas: Docentes y centros educativos compartirán proyectos exitosos de radio escolar, mostrando cómo integrarla en el currículo escolar y sus beneficios para el aprendizaje.

El evento está dirigido a docentes, personal de apoyo educativo en los centros y agentes que trabajan en el marco de la administración educativa.

La inscripción para la asistencia presencial es gratuita y estará abierta hasta el 25 de septiembre de 2025 o hasta completar las plazas disponibles para el mismo. El Congreso también se podrá seguir vía streaming. (No es necesario inscripción para visualizar online)

Accede aquí al Formulario de inscripción

No te pierdas esta oportunidad de aprender, compartir y crecer en el ámbito de la radio escolar. ¡Te esperamos en Oviedo!

Para cualquier duda o consulta, puedes ponerte en contacto a través de la siguiente dirección de correo electrónico recursos.educativos@educacion.gob.es

MÁS INFORMACIÓN

viernes, 5 de septiembre de 2025

Magistros audire maxime necessarium est

 

Comenzamos un nuevo curso escolar en Canarias con la incorporación de setecientos docentes adicionales y la puesta en marcha de un servicio pionero de drones para inspeccionar las infraestructuras educativas. A simple vista, ambas medidas parecen muy positivas y transmiten la idea de un compromiso firme con la mejora del sistema educativo. Sin embargo, después de más de 35 años en las aulas y con la experiencia acumulada de haber vivido muchos comienzos de curso, siento la necesidad de mirar más allá del titular y poner sobre la mesa la realidad que vivimos día a día los docentes en los centros.

Por un lado, se habla de un aumento de plantillas. Pero ¿realmente se percibe esa ampliación en los centros? La experiencia de muchos compañeros y la mía propia nos dice que no siempre es así. El Plan de Estabilización ha dejado a muchos compañeros interinos fuera de los nombramientos por todo el curso. Y encima estos compañeros que vienen de la Península están renunciando porque no encuentran viviendas donde poder vivir por un precio digno. Asimismo, programas que habían supuesto un refuerzo importante, como ESTELA, con la implementación de la docencia compartida, han visto cómo se reducía el horario en muchos centros, lo que deja a parte del alumnado sin la atención que necesita. Además, se ha incrementado el número de grupos mezcla por la disminución de ratios, una situación que exige un enorme esfuerzo por parte del profesorado y que, aunque se intenta llevar con profesionalidad y creatividad, no deja de ser un síntoma de que la organización de recursos no siempre responde a las necesidades reales.

A esto hay que añadir la pérdida de personal de administración en los centros más pequeños. Este detalle, que desde fuera puede parecer menor, en realidad supone una sobrecarga administrativa para los equipos directivos y, en última instancia, resta tiempo y energía al profesorado para centrarse en lo que realmente importa: la labor educativa. La burocracia, lejos de disminuir, no ha hecho sino aumentar. Cada año nos encontramos con nuevas plataformas, informes y procesos administrativos que requieren horas de dedicación. Todo ello recae sobre los equipos directivos que, en muchos casos, están ya saturados por el peso de la gestión diaria.

La noticia sobre los drones es, sin duda, llamativa. No niego que es importante contar con mecanismos eficaces para supervisar las infraestructuras y velar por la seguridad de los centros. Sin embargo, los que vivimos el día a día en los colegios sabemos que los verdaderos problemas suelen estar en el interior. Uno de los más graves es la precariedad de las instalaciones eléctricas. La baja potencia de la red en muchos centros impide utilizar con normalidad los equipos informáticos o el aire acondicionado, lo que limita las posibilidades de innovación y repercute directamente en el bienestar de alumnado y profesorado. En pleno siglo XXI, resulta contradictorio hablar de digitalización educativa cuando la red eléctrica no garantiza lo más básico.

La innovación, sin embargo, no se detiene. A pesar de las dificultades, los docentes de Canarias seguimos trabajando por la mejora del rendimiento académico de nuestro alumnado. Llevamos a cabo proyectos que buscan motivar, que despiertan la curiosidad y que ayudan a que el alumnado sea más autónomo y competente. En muchos casos lo hacemos sin contar con las herramientas que serían realmente útiles, como aplicaciones basadas en inteligencia artificial o recursos digitales que siguen sin estar al alcance de la mayoría de los centros. La distancia entre el discurso oficial y la realidad cotidiana se hace evidente en estos detalles.

Después de tantos años en la docencia, sé que los logros de nuestro sistema educativo no se deben a grandes titulares ni a proyectos vistosos, sino al esfuerzo constante de miles de profesionales que, cada mañana, abrimos las puertas de nuestras aulas convencidos de que la educación puede transformar vidas. Lo hacemos con vocación y con la certeza de que, a pesar de las dificultades, nuestro alumnado merece lo mejor. Por eso, aunque agradecemos los anuncios de mejoras y la inversión en nuevas herramientas, pedimos también que se escuche la voz de quienes estamos en el aula, porque somos nosotros los que conocemos de primera mano las carencias y los retos que enfrentamos.

En definitiva, este inicio de curso me deja una doble sensación: por un lado, la ilusión renovada de comenzar un nuevo camino con mi alumnado; por otro, la preocupación de ver cómo las necesidades reales de los centros siguen sin encontrar una respuesta adecuada. No dudo de que se están dando pasos, pero si queremos una educación pública de calidad en Canarias, debemos empezar por fortalecer lo básico: plantillas suficientes y estables, infraestructuras interiores seguras y modernas, menos burocracia, potenciar los recursos para el alumnado NEAE y un mayor acceso a herramientas que potencien la innovación. Todo lo demás, drones incluidos, es accesorio si no se atienden estas prioridades. Feliz comienzo de curso.

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