Fuente: Transformar la Escuela el blog de jblasgarcía
El pensamiento científico se desarrolla intencionadamente, Científico se hace, no se nace. De ahí la responsabilidad que tenemos en la escuela sobre las vocaciones científicas del mañana.
Enseñar a pensar científicamente requiere de habilidades que se adquieren en proceso de aprendizaje por medio de los cuales los maestros y las maestras facilitadan escenarios que estimulen la curiosidad, el descubrimiento y la investigación en sus estudiantes y trazan secuencias que guían a su alumnado por la senda de la ciencia.
Una propuesta para romper estereotipos desde dentro es desarrollar sistemáticamente secuencias didácticas de aprendizaje que fomente el pensamiento científico para todos.
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