lunes, 23 de noviembre de 2020

Otra Ley Educativa con fecha de caducidad

Por Esteban G. Santana Cabrera   

Desde que comencé en el colegio hace ya unos cuantos años, hasta ahora, he vivido y "sufrido" como la mayoría de los españoles, docentes y discentes, nueve leyes educativas y no recuerdo que ninguna haya llegado con el aplauso de unos y de otros, pero lo que es más grave aún, todas han pasado sin el apoyo de la comunidad educativa. No hemos tenido una ley que haya perdurado en el tiempo y en ninguna se ha tenido en cuenta la opinión de los docentes de a pie. Es verdad que las competencias educativas se han ido descentralizando de manera muy rápida en nuestro país y esto ha originado diferencias entre comunidades autónomas. El Congreso de los Diputados ha aprobado esta pasada semana la novena Ley en democracia, lo que a mi modo de ver supone un fracaso en toda regla, porque no hemos podido ni sabido llegar a un consenso por parte de los políticos, los docentes y las familias en su amplia representación. Lo que lleva a que todas estas leyes surjan con fecha de caducidad. Mientras los políticos se ocupan en cambiar leyes los centros continuamos con los mismos problemas que hace 20 o 30 años, falta de medios económicos, excesiva burocracia, ratios elevadas, conexiones a internet desfasadas y equipamiento pasado de moda. Estamos vendiendo una Educación del S XXI sin medios para poder llevarlo a efecto, porque todo continúa dependiendo del color del partido gobernante.

La primera ley de la democracia LOECE duró lo que el gobierno de UCD, ya que el PSOE se opuso a ella porque decía que no respetaba la Constitución, como así lo refrendó el Tribunal Constitucional. Luego llegó la LODE con Maravall, que se parece en algunos aspectos a la actual porque incluyó bastantes reformas en la admisión de alumnos de los colegios concertados, donde prevaleciera la cercanía, la renta menor y los hermanos estudiando dentro. Luego llegó en 1990 la LOGSE del ministro Solana y donde se acabó con la EGB y el BUP para pasar a una controvertida Infantil, Primaria y ESO. En 1995 vino la LOPEG que poco aportó a nivel general aunque sí que para el profesorado supuso la posibilidad de la jubilación anticipada a los 60 años para el que llevara 35 años de trabajo docente. En 2002 vino la LOCE de la mano del PP, una ley que apenas tuvo protagonismo ya que Zapatero la logró paralizar en su mayoría y donde apareció por primera vez la polémica de la Religión como asignatura computable para la nota de Selectividad. En 2006 vino la LOE de Zapatero sin pena ni gloria y recordada por la promoción automática con dos asignaturas. Con el cambio de gobierno llega en 2013 la LOMCE que elimina la Educación para la Ciudadanía y le vuelve a dar protagonismo a la asignatura de Religión como nota computable en Bachillerato.  Y llega la LOMLOE o Ley Celaá que da un paso importante hacia una mayor descentralización y lo más polémico, la eliminación de la mención del castellano como lengua vehicular.

En el artículo LAS LEYES EDUCATIVAS DE LA DEMOCRACIA EN ESPAÑA A EXAMEN (1980-2013) de los profesores Gloria Espigado Tocino y Blas Cabrera Montoya y publicado en Historia y Memoria de la Educación reconocen un aspecto, que ya apunté al principio, que a mi modo de entender tiene mucho que ver en la "sucesión" de leyes educativas y es la relevancia del proceso de descentralización administrativa que ha conducido al traspaso de competencias en materia de educación desde el Estado central a las distintas comunidades autónomas. Por ello Espigado y Cabrera nos recuerdan que  no podemos olvidar que las leyes y las políticas educativas deben ser analizadas en relación con los cambios de todo orden (políticos, sociales, económicos y culturales) experimentados en España desde el comienzo de la llamada Transición, teniendo en cuenta que el punto de partida es una dictadura y que desemboca en una democracia cuya legitimidad descansa en la Constitución de 1978 y, en concreto, en el mandato educativo de su artículo 27, y a la que se le plantean nuevos desafíos que quizás requieran de un definitivo consenso legal para superarlos.

En esta misma línea Manuel de Puelles Benítez en su artículo  REFLEXIONES SOBRE CUARENTA AÑOS DE EDUCACIÓN EN ESPAÑA O LA IRRESISTIBLE SEDUCCIÓN DE LAS LEYES nos habla de la inestabilidad que ha traído la proliferación de leyes educativas en un período corto de tiempo. Puelles analiza  las razones profundas de este fenómeno, especialmente la política bipartidista  y su plasmación en las leyes de sus modelos sistémicos de educación, modelos sellados por la ideología respectiva, lo que inevitablemente ha conllevado un cambio legislativo cuando el electorado ha votado la alternancia democrática.

 En definitiva, creo que se hace urgente llegar a consensos en legislación educativa, teniendo en cuenta a los agentes activos que la componen y no en manos de los políticos de turno. No se pueden repetir situaciones como la que se dieron esta pasada semana, que ha ocurrido en otras legislaturas, donde una ley que afecta al futuro de toda la ciudadanía española, se tome como arma política para derrotar al enemigo, y ustedes saben a lo que me refiero.

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