miércoles, 3 de diciembre de 2014

La mala educación

Por Esteban G. Santana Cabrera
La Provincia: En los últimos días hemos vivido en el mundo del fútbol un triste acontecimiento que parecía remontarse  a épocas históricas cuando en los campos de juego  hubo  que poner verjas para que los energúmenos no saltaran a agredir al árbitro o a los jugadores. Tristes acontecimientos que mejor olvidar y que nos parecía haber superado en el mundo del deporte, al menos hasta este fin de semana.

 Y creo que esto es así, ya que  a pesar de que el trasfondo fuera un partido de fútbol igual podría haber sido una fiesta de pueblo o un concierto musical. Pero me hago una reflexión: ¿por qué se producen hechos de este tipo? Escuché en alguna tertulia que esto era fruto de la mala educación, del paro y de la situación social. Pero ¿no era en tiempos difíciles de hambre cuando la gente se ayudaba más, compartía lo que tenía con el vecino y nunca les faltaba algo que echarse a la boca por pequeño que fuera? ¿No era en tiempos difíciles cuando el respeto por los demás era algo que se inculcaba desde la cuna? Entonces, ¿qué es lo que ocurre en nuestra sociedad y en torno a este mundo del fútbol y el espectáculo? ¿Dónde está la verdadera causa de hechos como estos?

Creo que la familia aquí juega un papel importante ya que es el núcleo donde se gestan actitudes que pueden provocar o tender en el futuro a la violencia, incluso en su grado máximo. Detrás de un maltratador, un violento, hay una persona sin principios básicos de convivencia. Todavía tenemos en la retina la imagen del niño mediando en un campo de fútbol en  la discusión de un entrenador y el árbitro. Si ese niño, desde la cuna, no hubiera tenido una buena educación basada en el respeto y el diálogo a buen seguro que su actitud hubiera sido otra, como desgraciadamente se ve en algunos campos de infantil y juvenil donde los padres vociferan, insultan e incluso agreden a otros padres, a árbitros y a jugadores.

Aquí la escuela juega un papel importante y el Programa formativo "La mejora de la convivencia y del clima escolar" de la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias es una de las líneas estratégicas de acción del plan canario de formación del profesorado. Desde este programa se pretende impulsar la formación, reflexión, coordinación y diseño de las actuaciones que favorezcan la mejora de la convivencia y el clima escolar como un factor de calidad en la educación, poniendo  especial hincapié en la prevención y tratamiento de los casos de acoso y la resolución pacífica de conflictos.

Y me consta que se están haciendo buenas cosas al respecto en muchos centros de Canarias pero, todo esto sin el apoyo de la familia, a buen seguro caerán en saco roto. De nosotros depende.

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