martes, 18 de agosto de 2015

5 Obstáculos a la innovación educativa (con #TIC o no)


La innovación educativa es tan múltiple como los riesgos y obstáculos que pueden surgir. Esta vez, os ayudamos a planificar con antelación la gestión de riesgos y problemas.

1. Familias ocupadas
La configuración familiar es francamente compleja: cada vez es más heterogénea, con lo cual es necesario tener este dato en cuenta si nuestra innovación aplica al trabajo que los alumnos y alumnas han de hacer en su caso o si requiere de participación activa de las familias.


2. Profesorado agotado
El burn out no se da solo en oficinas: es muy frecuente que encontremos docentes en una situación crítica, con mucho estrés, fatiga y situaciones de agotamiento, ansiedad y depresión. Una innovación requiere bastante trabajo por parte de todo el equipo docente o del departamento, así que es conveniente evaluar la situación actual de los recursos humanos con los que contamos: si no tienen ganas, las cosas no saldrán bien o su progreso se ralentizará más de lo debido.


3. Paradigmas obsoletos en la formación a docentes
Ciertamente, una innovación requiere, muy a menudo, una acción formativa específica dirigida al profesorado del centro: el problema es que queremos fomentar un espíritu innovador con metodologías de lo más obsoletas y que lo más frecuente es que la formación no incorpore libertad, aprendizaje personalizado y un extra de conocimiento obtenido de las Personal Learning Networks de cada docente. Solo se trata de programas rígidos y archi-dirigidos, con un limitado potencial motivador


4. Reuniones
Hay que planificar con antelación las reuniones que se harán de acuerdo al proyecto innovador del centro, ya que los y las docentes tienen una vida ahí fuera: fijar reuniones con una antelación inadecuada y fuera del horario laboral puede generar reticencias y resentimiento por parte del profesorado. Algo así ocurre también con las formaciones.


5. El currículo
El currículo obligatorio puede parecer cerrado y oscuro, y puede dar la impresión de que no deja mucho sitio para la innovación educativa y la modificación de horarios y marcos didácticos: sin embargo no es así. Aun así, hemos de contar con él y no podemos dejar de estudiar bien qué cabe y qué no cabe de acuerdo a los contenidos oficiales: lo mismo ocurre con la evaluación. No son "obligatorias" las pruebas objetivas (exámenes, controles...), pero la evaluación sí es obligatoria para la Conserjería y el Ministerio. De hecho, la evaluación debe seguir una serie de criterios marcados desde la Administración y tiene el formato que legalmente se fije: aun así, hay mucho espacio para innovar en cuestión de evaluación (feedback, gamificación, una vuelta de tuerca a las competencias...)


¿Qué hacer?


En resumen: el mayor obstáculo a la innovación educativa no es otro que la FALTA DE PLANIFICACIÓN.

Sea una pequeña innovación a nivel de aula o sea un proyecto de centro, requiere una exhaustiva planificación y evaluación continua:

1. Definir exactamente qué queremos lograr: o sea, hacer la Memoria de rigor, a la que le añadiremos los tres siguientes puntos. Aunque es un poco "rollo", lo mejor es documentar todos los proyectos. La burocracia ha de hacerse bien: no vale rellenar esquemáticamente la documentación... tiene que poder entenderse por otra persona, a parte de ti, y ser completa y explicativa.

2. Analizar contexto: familias, docentes, contexto y comunidad educativa, y, por supuesto, alumnado y circunstancias particulares que le puedan afectar.

3. ¿Qué riesgos o dificultades podrían surgir a lo largo de la puesta en marcha? ¿Cómo paliarlos? Una vez aplicada esa medida para reducir el riesgo, ¿qué nivel de riesgo sigue habiendo? Y no, el riesgo cero NO existe.

4. Roles y responsabilidades dentro del proyecto

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