La mayoría de padres y madres enseñan a sus hijos e hijas a tragar y reprimir el enfado con todo tipo de estrategias, desde el enfado abierto y verbal, pasando por el castigo, la ignorancia, el chantaje, hasta gestos y actitudes de desaprobación no verbales, confundiendo, en su profundo y amoroso afán de protegernos, represión con control.
A continuación, os ofrecemos algunas claves para entender mejor a esta “incomprendida” emoción: para qué surge y cómo podemos ayudar a nuestros hijos a manejarla y aprender de ella. ¡Os invitamos a ayudarlos a descubrir el tesoro escondido bajo esta tempestuosa emoción!
1. ¿Qué es el enfado?
Una expansiva emoción que nace en el estómago y desde allí va ocupando espacio por tu cuerpo.
2. ¿Para qué sirve?
Para poner límites y defendernos de una amenaza. Para decir no a algo que nos sienta “mal”. ¡Para salvarnos la vida! Como toda emoción, es una invitación a la acción, una movilización de energía que fluye hacia manos y mandíbulas para usarlas como defensa ante la amenaza.
3. ¿Para qué necesita ser expresado?
Para cerrar su ciclo: y dejar paso de nuevo a la calma que la precedió. Aceptar la emoción y manejarla es la única manera posible de que se evapore. A menudo es cuestión de minutos.
Para superar el conflicto: Si ignoras y reprimes tu enfado, difícilmente vas a poder tomar una decisión satisfactoria partiendo de la base de que estás ignorando lo que te afecta.
Para aprender del conflicto
4. ¿Cómo puede tu alumno o hijo aprender del conflicto?
Observando qué situaciones y actitudes activan su enfado y diferenciando si se trata de:
Una amenaza real que pone en riesgo tu vida o un aspecto de ella. Por ejemplo, vas por la calle y alguien te amenaza con clavarte una navaja si no le das el dinero que te pide.
Una antigua herida tuya sin sanar.Una necesidad que no supiste satisfacer en la infancia y que llevas , ¡llevamos!, guardada en nuestro interior . Por ejemplo, si de pequeño te ponían mala cara o te recriminaban cada vez que fallabas al decir las tablas, es muy probable que te enfades si alguien te dice bromeando : “¡Las matemáticas no son lo tuyo!” Porque te equivocaste al hacer la cuenta de la compra. Esto no es una amenaza real, es más, si no tuvieras esa herida de infancia, es posible hasta que te tomaras la broma con humor. Pero Esa herida sin sanar es la que te impide tomarlo con diversión y verlo como una crítica personal.
5. ¿Qué hay bajo su enfado?
Dolor. El enfado es, mucha veces, un mecanismo de evitación del dolor. Por ello, si observas tu enfado y lo aceptas, descubrirás que tienes una antigua herida por sanar y que un inmenso camino de desarrollo personal con rumbo a la confianza en ti mismo se abre ante ti. Éste, y no otro, es el tesoro que guarda para ti tu enfado cuando le das lugar en tu vida. Aprende a escucharlo. Aprende a amarlo.
Por eso, los niños que se enfadan mucho, albergan en su interior una gran sensibilidad. Son hipersensibles al dolor y como consecuencia, tremendamente humanos. Necesitan que esta expresión de enfado tenga un lugar sagrado y sea acogida y guiada con cariño y respeto.
6. ¿Qué le pasa a tu alumno o hijo si no expresa su enfado?
Se estará privando de comprenderse mejor a sí mismo al ignorar lo que le afecta. Se estará privando de sanar complejos, y de conocerse mejor, impidiendo con ello su crecimiento y el desarrollo de sus potencialidades.
Las cosas que no expresamos, a menudo se somatizan, con lo que se verá afectado en su proceso de aprendizaje, manifestando su enfado en forma de tensión muscular,dolor de cabeza, falta de concentración, irritabilidad… pudiendo incluso enfermar cuando el cúmulo es muy alto. Aunque esto, normalmente ocurre ya en adultos debido al alto grado de almacenamiento debido a la deficiente educación emocional de la que somos herederos.
7. ¿Qué es expresar el enfado?
Resumiendo mucho, podría decir que, reconociéndolo ante él mismo. Pero esta es una cuestión que necesita ser desarrollada y matizada. En el próximo artículo me centraré en ella con profundidad e intentaré dar algunas pautas y actividades para aplicarlas en el aula.
La rabia mal gestionada se transforma en ira, odio y cólera, y eso es lo que hace dañoVicente J. Martínez, terapeuta gestalt
Imágenes de Niño enfadado gritando (portada), niño peleando con su hermano y niña con expresión enfadada vía Shutterstock
Haydée Mesa, licenciada en Arte Dramático y especialista en Técnicas Gestálticas, con experiencia como actriz profesional y pedagoga teatral, conjuga estas disciplinas para profundizar en el conocimiento emocional.
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