El otro día hablábamos de lo que los juegos de rol pueden aportar a la educación, y hoy vamos a abordar el tema con más profundidad: ¿cómo plantear un juego de rol en el aula?
El juego de rol se define como un pequeño teatro, en el que cada uno de los jugadores interpretan un papel, dirigidos por un director de juego. Con esta mecánica, en el artículo de hoy vamos a plantear algunas bases para poder hacer un juego de rol en educación y obtener así numerosos beneficios a nivel de aprendizaje y de formación.
Mejor pequeños grupos
Es una de las grandes limitaciones, sobre todo en los grupos de menor edad. Estamos habituados a gestionar clases de entre veinte y treinta personas, pero estas cifras son muy elevadas para una ‘partida’ de rol. Lo ideal es hacer pequeños grupos de, a lo sumo, cuatro o cinco personas, para que todos puedan tener protagonismo durante la partida.
Es una idea genial realizar una primera prueba con un grupo pequeño, sobre todo en las primeras partidas. Más adelante puedes hacer una ‘macro’ partida de rol entre toda la clase o, mejor aún, hacer múltiples partidas, teniendo pequeños grupos en todo el aula, repartiendo papeles de director de juego (uno por grupo) y de jugadores, según estimes oportuno.
Plantea la aventura
Una partida de rol consiste en una aventura que puede tener el contexto que quieras. Puede ser realidad o ficción, basada en acontecimientos históricos o una anécdota completamente inventada. Esto viene de la mano del director de juego, papel que, en principio, pertenecerá al profesor o docente. Elige un juego (hay cientos, por ejemplo en RPGGeek tienen una buena lista), estudia sus reglas y lee bien la aventura de prueba que todos suelen traer en sus páginas.
Es importante tener escrito el argumento y buena parte del contexto. Esto incluye desde el qué sucederá hasta las descripciones del entorno, de otros personajes no jugadores (PNJs) o también de los posibles diálogos. Intenta poner todo en papel y que también exista un hilo sólido en todo lo que vaya ocurriendo. Por último, comienza con pequeñas aventuras de unos pocos minutos de duración, que ya habrá tiempo para hacer campañas más grandes.
¿Conoces a algún veterano del rol? Habla con él
El rol es una actividad muy peculiar y, por ello, es muy recomendable que hables con algún veterano de este tipo de juegos. Nadie más que él podrá darte algunos consejos sobre qué hacer y cómo hacerlo; reconozco que es difícil empezar desde cero, con lo que será ideal que encuentres a alguien que te de sirva de guía.
Pregúntale y que te proponga; también puedes buscar alguna comunidad on line donde leer trucos. Y siempre ten en cuenta que el rol de adultos es ligeramente diferente al de niños. En el primero buscamos la mera diversión, mientras que el segundo es una actividad formativa más. Siempre en el ámbito escolar ha de existir la finalidad de aprender algo nuevo. No vale cualquier partida de rol.
Explica a tus chavales qué es lo que vais a hacer
Es posible que tú tengas claras las cosas, pero un chaval que nunca haya jugado al rol estará perdido. Será de vital importancia explicarle con profundidad en qué consiste esta actividad: la interpretación de un papel y que debe responder acorde con este personaje, buscando cumplir una misión determinada. Deberás tener mucha paciencia y adaptar tu partida al rango de edad.
Los jugadores también deben entender en qué consiste el papel del director de juego, que viene a ser ‘el que manda’ dentro de la partida. Deberán respetar tus decisiones, escuchar y entender lo que dices. Tú, como director, también deberás guiarles cuando veas que se pierden, y serles de ayuda para conseguir la misión. Recuerda que esto es un juego y que lo ideal es que terminen la aventura, no que se frustren.
¡A la aventura!
Tu guión será eso, simplemente un guión aproximado. Ten en mente que te tocará reinterpretarlo y reinventar la aventura a medida que va avanzando el juego. Las cosas casi nunca saldrán como tenías previsto.
No te cierres ninguna puerta y si por ejemplo tus jugadores se salen de lo previsto… tira del hilo, a ver dónde llegan. Pero eso sí, siempre respetando lo que tenías preparado y pensado. Puedes intentar redirigirlos (o ‘ponerles una pared’ para que se den la vuelta), si se dejan.
Y para continuar…
El mundo de los juegos de rol es muy complejo, lo reconozco, pero cada vez le veo mayor interés desde el punto de vista educativo. Permite promover la imaginación y la creatividad, las capacidades verbales, de comprensión, de resolución de problemas, de cálculo numérico, de autocontrol y de atención, entre otras.
Es posible que la primera vez que implementes un juego de rol en clase resulte algo caótico. Sigue intentándolo ya que, como muchas otras cosas, se aprende con la práctica.Prueba diferentes contextos, historias y aventuras, experimenta y disfruta. Y, sobre todo, que disfruten los chavales. Algunos piensan que son una herramienta extraordinaria desde el punto de vista pedagógico, y está a tu alcance comenzar a utilizarlos y aprovechar su potencial.
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