Por Esteban G. Santana Cabrera |
Con el final de junio comienzan las tan esperadas vacaciones escolares estivales. Muchos son los que llegan al final de una etapa en la que el trabajo ha sido duro. Ha llegado el momento descansar. ¿O no? ¿Hay que repasar en verano? ¿Debe hacer tareas el alumnado en verano? Esa es la pregunta que plantean muchas familias a sus profesores al final de curso y podemos encontrar respuestas para todos los gustos. O lo que es lo mismo, cada maestrillo tiene su librillo en lo que a tareas escolares nos referimos. La Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (CEAPA) ha denunciado en distintos medios que en los últimos años se haya incrementado el tiempo de estudio en casa por el aumento de tareas, lo que para ellos es fiel reflejo de que la escuela no responde a las necesidades educativas. CEAPA, que junto a la FCPE conforman la Confederación Europea de Padres y Madres de la Escuela Pública (CEPEP), recibe muchas quejas de las familias por los deberes que los profesores marcan a los niños, cuando el tiempo que pasan en casa cada vez es menor al realizar los niños y niñas españoles cada vez más actividades extraescolares.
La misma CEAPA propone que sea el alumnado con más dificultades los que tengan acceso a un programa de refuerzo, que casi nunca se oferta en los centros educativos. Pero a la vez propone algo por lo que muchos enseñantes llevamos luchando desde hace unos cuantos años, por una enseñanza más motivadora, competencial y sobre todo significativa. No entendemos cómo todavía hay muchos profesores que siguen al pie de la letra los libros de textos, cometiendo errores tan importantes como es el de impartir temas que no entran en el currículo de Canarias en ese año académico. Y sé de lo que estoy hablando. Convertimos a nuestro alumnado en devoradores de tareas diarias y de fin de semana que en la mayoría de las ocasiones, ni sirven para nada, ni les va a aportar nada para su vida cotidiana. ¿Qué sentido tiene que un alumno de primero de Primaria haga diez sumas de manera repetitiva? Cuando podría hacer un pequeño problema que tenga que ver con su vida diaria, con lo que haga cotidianamente, y que a la vez que practica el contenido aprendido en el aula, es capaz de aplicarlo en lo que hace normalmente.
No quiero entrar ahora en el debate de tareas sí o tareas no, lo que si quiero que reflexionemos como educadores y como padres que la educación debe estar enfocada hacia la vida diaria, a la investigación, al trabajo en equipo y el fomento de la creatividad. Tenemos que luchar por una escuela que no le dé la espalda a la realidad, y que sean las cosas cotidianas las que deben marcar, y nunca mejor dicho, las tareas de nuestros niños y niñas. Verdad es que luego llegan a la Universidad y se prima más la memoria que otra cosa, en muchas carreras. Pero hay que ir dando pasos. Si logramos educar a nuestro alumnado en competencias, que no quiere decir que no se trabaje la memoria y el esfuerzo, cuando llegue el momento de realizar estudios universitarios o de entrar en el mundo laboral, tendremos un alumnado más competente, creativo, preparado, desenvuelto y capaz de innovar en las empresas o universidades.
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