Educación 3.0
Durante la lectura, los ojos se mueven de izquierda a derecha mediante saltos. Cuando los ojos llegan al final de una línea realizan un movimiento amplio hacia la izquierda, de aproximadamente unos 10 grados, hasta alcanzar el principio de la siguiente línea. A este movimiento le siguen otros más pequeños y correctores que reajustan la posición del ojo al comienzo de la siguiente línea. Cuando estos movimientos no son precisos el sujeto omite, confunde y supone palabras.
Una forma de contribuir a una correcta integración del proceso lector es por medio de actividades lúdicas enfocadas a la estimulación de la motricidad ocular. Con ellas, se entrena a los ojos para una adecuada conexión con el resto de sistemas encargados de la lectura.
Os proponemos algunas actividades:
1. El reloj: elaboramos un reloj con los números en círculo y lo colocamos en la pared, a medio metro del niño. Le pediremos que se sitúe con los pies juntos y la cabeza recta. Él irá mirando los números del reloj que le vayamos indicando, realizando fijaciones de 5 segundos en cada uno.
2. El laberinto: en esta actividad el niño deberá seguir un laberinto con el dedo, cuando lo consiga con destreza, le pediremos que realice el seguimiento sólo con los ojos.
3. La linterna: consiste en seguir con la mirada los movimientos de una linterna. Para ello, situaremos al niño a unos 40 centímetros de ella y realizaremos movimientos suaves horizontales, verticales y oblicuos.
4. El folio: realizamos perforaciones en un folio o cartón de diferentes tamaños, el niño tendrá que pasar por ellos un puntero, con una frecuencia rítmica.
5. Movimientos en vertical: el niño sentado dirigirá la mirada primero hacia el techo, parpadeará y contará uno. Luego le diremos que dirija la mirada hacia el suelo, parpadeará y volverá a contar uno. Debe mantener la mirada tres segundos en cada posición.
6. Movimientos en oblicuo: en la misma posición, dirigirá la mirada primero hacia arriba a la derecha y bajará lentamente hacia abajo a la izquierda. Parpadeará y contará uno. Posteriormente, la mirada irá hacia arriba a la izquierda y bajará hacia abajo a la derecha, parpadeará y contará uno de nuevo. Debe mantener la mirada tres segundos en cada posición.
7. El lapicero: daremos un lápiz al niño y le pediremos que fije la mirada en la punta. Mientras lo mira, tendrá que moverlo dibujando círculos a la derecha y a la izquierda, sin mover la cabeza.
8. Zig-Zag: dibujaremos en una cartulina unas líneas grandes en zig-zag y pediremos al niño que siga el trazo con los ojos. Este mismo ejercicio podemos hacerlo realizando diferentes líneas en el suelo, o en la pared.
Laura María Iñiguez Alfaya, psicopedagoga especializada en Neuropsicología Educativa.
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